Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El humo que desprenden hornos y chimeneas en el interior de las casas es una de las principales causas de muerte en los países más pobres, con cerca de 1,6 millones de muertes al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD).



Estos dos organismos aprovechan el Día Mundial de las Mujeres Rurales, que se celebra hoy, para llamar la atención sobre esta contaminación que provoca estragos en el campo y afecta sobre todo a mujeres y niños.



Según un estudio del PNUD sobre las perspectivas energéticas mundiales, la cantidad de humo desprendido en las casas equivale al consumo de dos paquetes de cigarrillos al día. Sin embargo, estas familias no tienen elección, subrayan en un comunicado conjunto la OMS y el PNUD: en cerca de la mitad de las familias del planeta se continúa cocinando utilizando combustibles sólidos (excrementos de vaca, madera, residuos agrícolas o carbón).



El humo desprendido contiene una mezcla tóxica de partículas y sustancias químicas que duplica el riesgo de enfermedades respiratorias como la bronquitis y la neumonía. Así un horno de leña desprende de siete a 500 veces más de los límites admisibles monóxido de carbono y otras sustancias nocivas.