Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

En un análisis de tres años de más de 10.500 genes, un tercio del genoma humano, investigadores de Johns Hopkins han identificado al gen CC10 como punto de partida para establecer las bases genéticas de las enfermedades de los senos nasales y del crecimiento de pólipos, afecciones que no se comprenden muy bien pese a su alta prevalencia.



Los hallazgos, que se publican ahora en la última edición online de la revista Allergy and Clinical Immunology, se espera que permitan el desarrollo de terapias o de tratamientos para controlar estas patologías.



En primer lugar, los autores del presente trabajo realizaron un análisis molecular tanto de tejidos de senos nasales sanos como de tejidos enfermos de 14 pacientes. Empleando una metodología de genética reversible, en la que inicialmente ningún gen se sospecha como causante, los especialistas compararon ARN extraído, un producto de genes, de las muestras de tejidos enfermos con las muestras de tejidos sanos.



Después se empleó un chip genético especialmente diseñado que permite el testado de más de 10.000 genes, un testado robótico mediante microarray, para determinar si se mantenían acciones o inacciones aumentadas en alguno de los genes en particular. De los genes estudiados en los tejidos enfermos, se vio que 192 estaban presentes en cantidades muy aumentadas (más del doble de lo que sería normal), mientras que otros 156 se encontraban en cantidades escasas (menos de la mitad de los que sería normal).



Posteriormente, se fue estrechando el foco inicial hasta los cuatro genes más abundantes y los que más comúnmente escaseaban para ver si algunas proteínas, como productos de genes, también estaban presentes en cantidades mayores o menores de lo normal. Tres de los cuatro genes que más abundaban, incluidas dos proteínas que se sabe que tienen actividad bacteriana, fueron confirmados en análisis más específicos de ARN mensajero y proteínas. Se confirmó así que una proteína en particular, llamada CC10, estaba presenta en cantidades gravemente escasas.



CC10 se encuentra principalmente en las vías respiratorias de los pulmones, entre otros órganos y se cree que es una potente molécula antiinflamatoria que desempeña una importante función en la reacción inmune. Mientras que sus funciones bioquímicas y moleculares precisas se desconocen, CC10 se emplea como tratamiento para los pulmones poco desarrollados en los bebés prematuros, donde suprime la inflamación. Los investigadores indican que sus hallazgos plantean la posibilidad de tratar los defectos de los senos nasales con un spray destinado específicamente a aumentar los niveles de CC10.