Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un estudio publicado en "Proceedings of the National Academy of Sciences" ha identificado una molécula que se une a un receptor en el cerebro conocido por su papel regulador de la presión arterial y liberador de insulina. Los autores, de la Mount Sinai School of Medicine, añaden que esa molécula actúa como un neurotransmisor, enviando mensajes a distintas partes del cerebro.



El Prof. George Prell señala que se sabe desde hace décadas que cuando un receptor particular en el cerebro es sobreestimulado, el resultado es la constricción de los vasos sanguíneos y el aumento de la presión arterial. "Lo que no sabíamos 013añade- era qué molécula del organismo se unía a este receptor para desencadenar dicha reacción. Ahora la hemos identificado y podemos comenzar a estudiar formas de bloquear su acción. También hemos descubierto que una excesiva acumulación de esta molécula en el páncreas empeora la liberación de insulina, así que es posible que esa molécula sea el eslabón buscado desde hace tiempo entre estos dos trastornos".



El nombre de molécula es imidazol-4-ácido acético-ribotide, y se une a los receptores de imidazol, que están por todo el cerebro y de forma abundante en las áreas que controlan la presión arterial. Cuando la molécula se une al receptor, provoca un aumento de la presión arterial, pero cuando se administra un antagonista, dicho efecto queda inhibido. Por ello, consideran que una proporción importante de casos diagnosticados como hipertensión esencial pueden deberse a elevados niveles de la citada molécula.



Además, han observado que estimula otro grupo de receptores de imidazol que regulan la liberación de insulina. Se sabe que, entre las sustancias naturales del organismo, está molécula es uno de los más potentes liberadores de insulina jamás descubiertos. No obstante, esta función se produce cuando sus concentraciones son bajas, puesto que un exceso de la molécula bloquea la liberación de la hormona, por lo cual los autores consideran importante que los niveles de este ribotide en el páncreas estén bien controlados.



Finalmente, los investigadores añaden que muchos fármacos utilizados para tratar la hipertensión, entre ellos la clonidina, parecen actuar desplazando la molécula de sus receptores, bloqueando de este modo su efecto hipertensivo.