Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El International Bureau for Epilepsy (IBE) presentó ayer en París, durante la Conferencia Anual de la Federación Europea de Sociedades Neurológicas, una encuesta que revela que cerca de las mitad de los pacientes con esta enfermedad experimentan una disfunción en su función cognitiva de moderada a grave debida al tratamiento que utilizan para controlar sus crisis.



En el estudio, patrocinado por el Grupo UCB, participaron 425 personas de 5 países europeos, de las que el 44% manifestó padecer dificultades para aprender nuevas cosas de moderadas a graves y el 45% se sentían pensadores muy o moderadamente lentos. Además, un 59% también se sentía de moderadamente a muy cansado y soñoliento y el 48%, muy o moderadamente letárgico e inactivo.



El 56% achacó estas dificultades a su tratamiento antiepiléptico, el 42% consideraba que eran debidas a la combinación de su enfermedad con el tratamiento, mientras que el 14% consideraba que eran causados exclusivamente por su terapia.



Hilary Mounfield, presidenta del IBE, afirmó en París: 01CConocemos a demasiadas personas cuyas vidas no sólo se ven afectadas por su epilepsia sino también por los tratamientos que se les han prescrito para tratarla. Por todo ello, los pacientes tienen que ser conscientes del impacto que sobre sus vidas tienen la falta de concentración y la sensación de somnolencia y de inactividad y los médicos hacer todo lo posible por controlar lo mejor posible estos efectos adversos fijando el tratamiento más óptimo para cada paciente01D.



Por otra parte, el Prof. Bernhard Steinhoff, del Kork Epilepsy Centre (Alemania), recordó en esta Conferencia que la elección del fármaco más adecuado para cada uno de los pacientes debería fundamentarse en la consecución de un balance óptimo entre la eficacia y la tolerabilidad.