Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La administración de estatinas rápidamente a pacientes con síndrome coronario agudo, a dosis más elevadas que las utilizadas habitualmente, puede ayudar a reducir eventos cardiovasculares subsiguientes, si bien las altas dosis empleados se asocian a un incremento del riesgo de complicaciones musculares.



Es la conclusión de un estudio publicado en "JAMA", firmado por investigadores del University of Texas Southwestern Medical Center y otros participantes del estudio conocido como "A to Z Trial".



Según escriben los autores, "la terapia a largo plazo con estatinas ha mostrado reducir el riesgo de muerte, infarto de miocardio e ictus en pacientes con cardiopatía isquémica establecida, incluso cuando los niveles de colesterol LDL no son elevados". En cuanto al nuevo estudio, señalan que se diseñó para evaluar una estrategia de inicio precoz del tratamiento intensivo con simvastatina en pacientes con síndrome coronario agudo, comparado con una estrategia de retraso del tratamiento, que además era menos intensivo.



En el estudio "A to Z" se incluyó a 4.497 pacientes, que fueron distribuidos aleatoriamente para recibir simvastatina de forma precoz tras el evento coronario (40 mg/día durante 30 días y 80 mg/día posteriormente) o una estrategia menos intensiva (placebo durante 4 meses y 20 mg/día de simvastina posteriormente).



Los resultados muestran que en el grupo de tratamiento intensivo precoz, la proporción de pacientes fallecidos o que experimentaron un nuevo infarto de miocardio, un ictus o debieron ser readmitidos por síndrome coronario agudo fue de 14,4%, frente al 16,7% en el grupo que recibió terapia menos intensiva.



A juicio de los autores, los resultados de esta investigación, junto con los de los estudio MIRACL y PROVE IT, apoyan el uso de una estrategia que reduzca los niveles de colesterol LDL cuanto antes después de un síndrome coronario agudo, con objeto de prevenir episodios cardiovasculares graves. Por ello, las estatinas deberían administrarse pronto tras un infarto.



JAMA 2004;292:1307-1316