Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

grupo de genes que interviene en la fase inicial del desarrollo podría ayudar a explicar por qué miles de bebés en Estados Unidos sucumben anualmente al síndrome de muerte súbita, a pesar de las campañas de educación que han logrado reducir el número de casos a la mitad, indican investigadores.



Debra Weese-Mayer, profesora de pediatría del Centro Médico de la Universidad de Rush en Chicago, dijo que aunque los hallazgos no explican completamente las cerca de 3.000 muertes al año en Estados Unidos, ayudan a aclarar parte de la biología subyacente.



"Durante años, todos consideraban que el síndrome de muerte súbita del infante (SMSI) era un misterio. Sin embargo, para mí es un rompecabezas, y las piezas de cada uno de nuestros estudios encajan unas con otras", dijo Weese-Mayer en entrevista telefónica desde Chicago.



"Esta es otra pieza clave de información que nos indica que estamos en la senda correcta", agregó.



En el estudio, publicado en la edición de septiembre de la revista Pediatric Research, Weese-Mayer y colegas de la Universidad de Pittsburgh y otros centros, explicaron que habían comparado el material genético de 92 casos de SMSI con el de 92 bebés de un año que estaban saludables.



En especial, los investigadores examinaron los genes involucrados en el desarrollo del sistema nervioso autónomo o vegetativo, que regula las funciones internas del organismo para mantener el equilibrio fisiológico, como la respiración, la digestión y el ritmo cardíaco entre otros.



"Si su sistema nervioso autónomo se desequilibra, es posible que en una situación de estrés pierda la capacidad de reponerse", explicó Weese-Mayer.



Es posible que el ritmo cardíaco y la respiración no se adapten rápidamente al estrés y, simplemente, colapsan, que es lo que ocurre en los bebés que padecen el síndrome de muerte súbita, añadió.



Los investigadores hallaron 11 mutaciones diferentes en 14 de los 92 casos de SMSI, pero sólo una -la misma- en dos de los 92 niños saludables.



"La curioso es que el 71 por ciento de los casos de SMSI que presentaron mutaciones se dio entre bebés de raza negra y los dos del grupo de control (con una mutación) también eran afroamericanos", dijo Weese-Mayer.



"Si sabemos que la incidencia de SMSI es mayor entre los niños de raza negra, esto sustenta la posibilidad de una razón genética", añadió.



Otros investigadores han hallado genes diferentes que pueden estar involucrados en el SMSI.



En julio, un equipo del Instituto de Investigaciones de Traslación Genómica en Phoenix, Arizona, halló un nuevo trastorno entre familias de la congregación religiosa amish en Pennsylvania, que causa muerte súbita entre niños y, algunas veces, anomalías genitales.