Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El filósofo español Javier Sádaba consideró que no hay razones morales para oponerse a la clonación humana, ya sea con fines terapéuticos o reproductivos, aunque advirtió sobre las consecuencias de permitir "una ciencia para ricos". El experto, que ofreció en Buenos Aires una conferencia sobre "los límites éticos y las nuevas bio-tecnologías", señaló que la clonación con fines médicos debe ser analizada desde la ética laica y no desde la ética teológica, "porque la ética moral (de las personas) es suficiente y no necesita de ninguna bendición".

El pasado 11 de agosto, el Reino Unido abrió la puerta por primera vez en Europa a la clonación de embriones humanos con fines terapéuticos, al autorizar a la Universidad de Newcastle a investigar tratamientos para la diabetes y los males de Parkinson y Alzheimer a partir de la utilización de células madres embrionarias.

El catedrático vasco, autor del libro "La vida en nuestras manos", sostiene que la utilización de embriones para mejorar la calidad de vida no lesiona el derecho de ninguna persona, pues en el comienzo de la vida no existe el ser humano.

Sádaba vaticinó que en poco tiempo otros países europeos autorizarán el uso de esta técnica, pues oponerse a ella "sería una contradicción" cuando en casi toda Europa está aceptado el aborto. "En este sentido, la clonación parcial, terapéutica, no me plantea ningún problema moral", señaló el filósofo en una conferencia ofrecida en el Centro Cultural de España en la capital argentina.

Con respecto a la "clonación total", con fines reproductivos, que está prohibida en casi todo el mundo, el español aceptó que la reflexión moral es más compleja. Con todo, Sádaba sostuvo que los resultados de la reproducción humana a través de la clonación no serán "diferentes a los de la generación natural de gemelos". "No se crearán robots ni humanos en serie", es decir, que la autonomía no estará comprometida pues "la libertad humana no está en los genes", señaló.

El experto en Bioética indicó que las técnicas actuales no pueden asegurar aún la normalidad de la reproducción o la supervivencia del nuevo individuo, pero una vez que se perfeccionen, "no habrá razón moral para oponerse a ellas".

Además, se preguntó qué reparo moral se puede poner a una pareja que pierde a un hijo, es ahora estéril y quiere tener otro niño que le recuerde al primero.

Sábada sólo mostró sus dudas frente al tema de la transgenia reproductiva, que consiste en utilizar esperma humano para fecundar un óvulo de un animal, como ya se ha experimentado utilizando vacas y conejos. De todas formas, señaló que "es improbable que se puedan poner límites a la necesidad de conocer del hombre" pues "todo lo que la ciencia sea capaz de hacer, lo hará".

Pero, aún así, agregó el filósofo, "la ética tiene mucho que decir en el terreno de las implicaciones socio-políticas" de estos avances científicos, ya que "las nuevas bio-tecnologías están en manos de poderosas multinacionales".

"De momento, los descubrimientos están en manos de los ricos y pueden seguir abriendo el abismo entre los ricos y los pobres. Como siempre, es el dinero el que desluce una ciencia que es de todos y debería ser para todos", advirtió el catedrático.