Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

En mujeres que en la infancia fueron operadas para corregir alguna insuficiencia congénita del corazón, el embarazo podría acarrearles riesgos en cuanto a problemas cardíacos, de acuerdo con los resultados de un estudio del Institut de Cardiologie de Montréal (Canada), que publica "Journal of the American College of Cardiology".



La deformidad fetal, conocida como transposición de las grandes vasos, puede ser corregida con la operación de Mustard. Sin embargo, la disfunción del ventrículo derecho mantiene la continuidad del problema en estos casos. "En realidad, resultan preocupantes los efectos deletéreos del embarazo sobre este ventrículo", han declarado los autores del estudio.



El equipo investigador revisó los registros de 16 mujeres que habían sido sometidas a la operación de Mustard y que habían tenido 28 embarazos.



Seis de esas mujeres sufrieron un disminución del nivel funcional durante siete embarazos y en dos casos, no recuperaron los niveles de antes del embarazo, tras dar a luz.



Los datos también indican que cinco mujeres padecieron un ensanchamiento del ventrículo derecho, durante los siete embarazos, sin que recuperasen las dimensiones de antes del embarazo en su último examen.



Los autores consideran que las mujeres que han sido intervenidas con el procedimiento de Mustard no deben desanimarse en cuanto a la posibilidad de tener hijos, sobre todo, si son capaces de realizar ejercicio y presentan un función del ventrículo derecho normal o casi normal.



Sin embargo, tales mujeres han de ser advertidas que durante el embarazo podrían sufrir una disfunción del ventrículo derecho.



Journal of the American College of Cardiology 2004; 44:443-447