Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La migraña, ese molesto y pulsátil dolor de cabeza, pudiera estar asociado a los cambios climáticos, según un estudio realizado por expertos del Hospital para Niños de Boston, Estados Unidos. De acuerdo con los especialistas, muchas de las personas que padecen de migraña experimentan sensibilidad a la temperatura y humedad, mientras otros lo hacen a los cambios de presión del aire.

Unos reaccionan a la combinación de temperaturas altas y humedad elevada, otros a las bajas temperaturas sumadas a la sequedad del ambiente.

Para la doctora Patricia Prince, del equipo de Boston, identificar los factores desencadenantes de este tipo de cefalea es importante porque le permite al afectado tomar precauciones, como por ejemplo ingerir fármacos a tiempo, e incluso antes de que el dolor aparezca. Sin embargo, agregó, hay que tener en cuenta que la migraña nunca es provocada por un solo elemento, pues la falta de sueño y no respetar el horario de los alimentos pueden también provocarla.

El dolor de cabeza migrañoso afecta a muchas personas alrededor de seis de cada 100. Las migrañas ocurren más comúnmente en mujeres y por lo general comienzan entre las edades de diez a cuarenta y seis años y en algunos casos parece ser una característica familiar.

Esta cefalea está frecuentemente asociada con anomalías en el flujo de sangre a través del cerebro, ya que primero los vasos sanguíneos de ciertas áreas del cerebro se contraen provocando distorsión de la visión, dificultad para hablar y debilidad. Después de unos minutos, los vasos sanguíneos del cerebro se dilatan, provocando un aumento en el flujo sanguíneo y un fuerte dolor de cabeza.