Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La ansiedad entre las semanas 12 y 22 del embarazo puede afectar notablemente a la salud física y mental del futuro niño más que otros factores como el consumo de tabaco o el bajo peso al nacer, según revela un estudio, desarrollado por científicos de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y publicado en la última edición de la revista Child Development, (Child Development 2004; 75 (4), 1085-1097.)



Los autores del estudio investigaron el efecto de altos niveles de ansiedad durante el embarazo de la mujer sobre la vulnerabilidad de su hijo de padecer déficit de atención e hiperactividad, descontrol emocional y otras alteraciones de la ansiedad en la infancia. Se evaluaron 71 madres normales y a sus 72 hijos del primer embarazo durante el periodo de gestación y cuando los niños tenían entre ocho y nueve años.



Tan sólo la ansiedad materna durante las semanas de gestación de las 12 a las 22 semanas predecía alteraciones infantiles a la edad de ocho y nueve años. El efecto de la ansiedad afectaba al feto más que cualquier otro factor, incluido el consumo de tabaco durante el embarazo, el bajo peso al nacer o la ansiedad de la madre cuando el niño ya tenía ocho o nueve años.



Estos resultados, según los investigadores, aportan las mayores evidencias indirectas disponibles hoy de que la ansiedad de la madre puede programar puntos clave en el cerebro en formación del feto, potenciando así la vulnerabilidad del pequeño a sufrir por su parte trastornos relacionados con la ansiedad.



La idea de que el estado emocional de una mujer en el embarazo afecta a su hijo aún no nacido ha persistido durante siglos y, en los últimos años ha sido reforzada por la Ciencia. Llamada 'Hipótesis de programación fetal', esta idea teoriza que ciertos factores distorsionantes que se dan durante períodos sensibles del desarrollo en el útero pueden "programar" erróneamente una variedad de sistemas biológicos en el niño recién nacido.



Esto afectaría a la capacidad de dichos sistemas biológicos de cambiar en etapas posteriores de la vida, dando lugar a dificultades de adaptación fisiológica y predisponiendo al niños a enfermedades y alteraciones.