Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Viajar en avión no es tan peligroso para los pacientes con problemas cardíacos como se pensaba, dijo un grupo de investigadores.

"El mensaje importante es que para las personas con dolencias coronarias estabilizadas, todos los datos indican que los viajes por avión resultan seguros", dijo el doctor Stephen Possick, cardiólogo de la Universidad de Yale y autor del estudio publicado el martes en Annals of Internal Medicine.

Las aeronaves comerciales no están presurizadas al mismo nivel que en tierra y el nivel de oxígeno es menor en altitudes superiores. Esos factores han generado durante mucho tiempo el temor de que un viaje en avión pueda afectar la circulación y poner en riesgo a los pasajeros con problemas cardiovasculares.

Los investigadores revisaron decenas de estudios recientes, de personas con tipos distintos de insuficiencia cardíaca, marcapasos y operaciones recientes, como implantes de ductos y angioplastías.

Para quienes tienen controlada su insuficiencia cardíaca y no han experimentado problemas posteriores a la cirugía, ataques con dolor en el pecho u otros síntomas negativos, hay pocos riesgos de que un viaje en avión pueda causar problemas, dijo Possick.

Los investigadores concluyeron que la gente no debería viajar si en las dos semanas anteriores ha sufrido un infarto, ha sido sometida a una angioplastía o a un implante. Tampoco debería hacerlo si se ha sometido a una cirugía de desvío coronario hasta tres semanas antes.

Asimismo, no es recomendable volar si una persona ha sufrido una angina de pecho inestable, es decir, un dolor causado por la falta de irrigación al corazón, si tiene palpitaciones anormales que no están debidamente controladas por medicamentos o si padece una insuficiencia que no responde bien a los medicamentos.

El informe recomendó usar medias de compresión abajo de la rodilla, así como levantarse y caminar durante los viajes largos en avión, para prevenir una trombosis profunda en las venas. Esas obstrucciones de los vasos sanguíneos suelen formarse en las piernas, pueden resultar dolorosas e incluso fatales.

Los autores señalaron que no hay indicios sólidos de que tomar una aspirina durante el vuelo prevenga la formación de esos coágulos.

El doctor Gerald Fletcher, portavoz de la Asociación Estadounidense de Cardiología, dijo que las pautas constituyen una recomendación sensata.

"Volar es parte de la vida, y en general no es problemático", opinó. "La insuficiencia cardíaca es muy común, y no hay necesidad de atemorizar a la gente para que piense que no debe viajar", añadió.