Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los adolescentes chilenos adelantaron a quince años el inicio de la actividad sexual, conocen los riesgos de las enfermedades graves y los embarazos precoces y el 57% entre los quince y dieciocho años usa preservativos, de acuerdo con un informe difundido el domingo por un organismo estatal.

La encuesta fue realizada por el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV) y arrojó fuertes cambios en la conducta sexual de los jóvenes, en especial de los menores de edad. La investigación involucró a 7 189 jóvenes de 162 comunas del país y reveló que el 20% de los del sexo masculino y el 5,2% de las féminas iniciaron sus relaciones sexuales a los quince años. El 57% de los consultados, comprendidos entre los quince a los dieciocho años de edad, aseguraron que usan preservativos durante sus relaciones sexuales.

Según la investigación, la escuela y el liceo chilenos no responden a las necesidades esenciales de comunicación y formación sobre sexualidad y afectividad de los niños y jóvenes del país, carencia que tiene a los padres, profesores y autoridades educativas en estado de alerta. Durante recientes debates escolares, efectuados en varias regiones del país, los propios padres expresaron temor y pánico a enfrentar este tema de manera franca con sus hijos y lo peor es que tampoco lo hace el colegio.

"Estoy insatisfecho de lo que pasa, el esfuerzo escolar no tiene brillo y esto tiene que mejorarse lo antes posible", admitió el ministro de Educación, Sergio Bitar.

La preocupación aumentó tras los resultados de la IV Encuesta Nacional de Juventud 2004, que refleja en mayor medida los cambios de conducta en los jóvenes, especialmente en materia sexual.

La encuesta comprobó que el primer efecto del embarazo no deseado en las adolescentes es el abandono de los estudios secundarios, ya sea por presión social o por la necesidad de incorporarse al mercado del trabajo.

Bitar considera que los patrones de conducta en sexualidad de los jóvenes cambiaron y ni la escuela ni los padres responden a ese nuevo desafío. "Un colegio eficiente en esta materia -dijo el ministro- debe tener a los padres participando del proceso formativo. La familia tiene que tener un rol más proactivo", indicó. Para el ministro, "el liceo debe entregar valores en torno a la constitución de la familia, del matrimonio y de la pareja estable, y no sólo aspectos anatómicos", concluyó.