Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La capacidad actual de producción de vacunas en la Unión Europea (UE) no sería suficiente para satisfacer la demanda de la población en caso de pandemia de gripe y sólo se cubriría el 20% de las necesidades, según informaron fuentes comunitarias. Además, sólo cinco Estados miembros fabrican vacunas en su propio territorio, mientras que el resto de vacunas utilizadas en la UE se fabrican fuera de las fronteras comunitarias, aunque todos los países tienen acceso a ellas gracias a acuerdos comerciales.



Por ello, Bruselas ha propuesto crear el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (CECM) y establecer un Plan de minimización del riesgo de pandemia de gripe que sirva para garantizar una respuesta coordinada entre los diferentes Estados.



Este centro, además, prevendrá y luchará contra las enfermedades transmisibles y otras amenazas sanitarias graves que podrían afectar a la población europea.



La pandemia de gripe es un hecho epidemiológico que se caracteriza por la propagación en los humanos de un nuevo tipo de virus que, o bien ha sufrido una mutación por entrar en contacto con otros virus de los animales, o ha evolucionado de forma natural, por lo que las actuales vacunas resultan débiles o inútiles.



Esto provoca una mortalidad mucho más elevada que la que se produce durante una epidemia. En este sentido, el responsable europeo de Sanidad y Protección de los Consumidores, George Gouvras, alertó de la importancia de estudiar "todos los tipos de virus de la gripe" ante la posibilidad de que se utilicen 01Ccon fines malintencionados01D, es decir, como arma biológica por parte de los terroristas.



El plan de preparación se basa en la división del ciclo gripal en distintas fases y niveles predefinidos, con el fin de poner en marcha lo antes posible las contramedidas previstas por la Comisión Europea y por los Estados miembros. Unos niveles fijados de acuerdo con los criterios de la OMS y del marco comunitario.



Asimismo, es necesario que la UE asuma un conjunto de funciones destinadas a atacar eficazmente la pandemia, sobre todo a través de la gestión y coordinación, la vigilancia, las estrategias de prevención e intervención, la protección civil, la comunicación y la investigación.



Bruselas pretende que los planes nacionales de preparación y actuación en materia de salud pública estén bien coordinados y se pongan regularmente al día, para lo que ha propuesto a un grupo de expertos que evalúen los riesgos y hagan recomendaciones sobre la puesta en marcha de las acciones más adecuadas para cada momento.



A su vez, el Ejecutivo comunitario creará un equipo de asistencia en caso de epidemia (EAE) que participará en las investigaciones sobre epidemias en el marco comunitario y fuera de él, así como colaborará con la OMS.



La Comisión Europea apostará también por la vigilancia clínica y virológica con el fin de controlar la propagación y la evolución del virus de la gripe. El principal objetivo consistirá en detectar y determinar la cepa pandémica, para proceder a una evaluación fiable de los riesgos y del potencial epidémico que puede acarrear.



Los laboratorios desempeñan un papel fundamental en esta fase de vigilancia, ya que pueden establecer rápidamente la situación epidemiológica. Sin embargo, es necesario que al menos un laboratorio de cada Estado miembro colabore con las instituciones médicas para analizar las muestras de casos sospechosos y diagnosticar su procedencia.