Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Las autoridades chinas han reconocido que están lejos de ganar la batalla contra el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS, a pesar de que ayer lunes se registrara una disminución récord en el número de nuevas infecciones.



Mientras, en Taiwán aumenta el pánico por la epidemia, que ha provocado el cierre de más hospitales y la renuncia de médicos y enfermeras. En Hong Kong el último balance ha confirmado que la epidemia está bajo control, y en Singapur se registró un nuevo caso el domingo por la noche, echando por tierra las esperanzas de sus autoridades de que el país saliera de la lista de países afectados.



En Taiwán, en donde no se publicó ayer ninguna cifra tras una serie de malos balances, el sistema de salud se encuentra cada vez más presionado por la renuncia de 21 personas del servicio médico, que se suman a otras decenas de abandonos anteriores. El SRAS ha provocado 40 muertos sobre 344 casos registrados en este territorio, donde otros dos hospitales cerraron sus puertas.



Por otro lado, en China se registró en los últimos tres días una espectacular disminución de nuevos casos. Aunque el Ministerio chino de Salud comunicó la muerte de cinco personas y el contagio de 12 personas ayer, la mejor cifra desde que se comenzaran a recolectar datos sobre la epidemia hace un mes, considera que "no se puede bajar la guardia".



"No podemos bajar la guardia, ya que la epidemia puede resurgir por negligencia", indicó la ministra china de Salud, Wu Yi, en Ginebra tras una reunión con la directora general de la OMS, Gro Harlem Brundtland. Wu Yi agregó que tras dos meses de esfuerzos, "la epidemia del SRAS está en cierta medida bajo control" en China.



El virus ha causado la muerte de 289 personas en este país, donde se han registrado 5.236 casos. Sin embargo, Bob Dietz, portavoz de la OMS en Pekín, manifestó dudas sobre la realidad de la nueva tendencia en el país más poblado del mundo.



"No estamos listos para indicar si el problema está disminuyendo", subrayó Dietz, para añadir que hace una semana el número diario de nuevas infecciones se situaba en torno a los 80 casos. Dietz indicó además que la OMS estaba "convencida" de que el gobierno chino no intenta deformar la realidad. "Pero la agencia de la ONU desea mejores informaciones sobre la recolección de datos, mientras que la definición del SRAS podría diferir de una región a otra".