Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió ayer de que la contaminación del aire y del agua, y otros peligros medioambientales relacionados, matan cada año en todo el mundo a más de tres millones de niños menores de cinco años. Aunque sólo el 10% de la población del mundo corresponde a niños menores de cinco años, ese grupo de edad sufre el 40% de las enfermedades relacionadas con el medio ambiente, debido en parte a que ingieren más cantidad de sustancias nocivas en proporción a su peso corporal y en parte a que tienen menos fortaleza y menos conocimientos sobre el modo de protegerse.



La industrialización, el crecimiento de la población urbana, el cambio climático, la utilización cada vez mayor de productos químicos y la degradación del medio ambiente exponen a los niños a riesgos que hace unas pocas generaciones ni siquiera se podían imaginar. Sin embargo, las amenazas más mortíferas siguen siendo viejos factores básicos bien conocidos: el agua insalubre, la falta de saneamiento, el paludismo y la contaminación del aire en locales cerrados.



Para ilustrar el impacto del medio ambiente en la salud de los niños, la OMS acaba de publicar el primer atlas sobre salud infantil y medio ambiente. Presentado ayer en el marco de la Cuarta Conferencia Ministerial Europea sobre Salud y Medio Ambiente, en Budapest (Hungría), la obra reúne una serie de datos sobre los efectos de los riesgos ambientales en la salud de los niños.



En cuanto a la contaminación del agua, la diarrea causada por las aguas sucias mata, según la OMS, a 1,8 millones de personas en todo el mundo. De ellas, 1,6 millones son niños menores de cinco años. También es responsable de muchas otras enfermedades, por ejemplo, cólera, disentería, enfermedad del gusano de Guinea, fiebre tifoidea y helmintiasis.



El 86% de las aguas residuales urbanas de América Latina y el Caribe y el 65% de las de Asia se vierten sin tratar en ríos, lagos y mares. El río Ganges, por ejemplo, recibe cada minuto 1,1 millones de litros de aguas residuales sin tratar, cifra particularmente alarmante si se considera que en un gramo de heces de esas aguas puede haber 10 millones de virus, un millón de bacterias, 1.000 quistes de parásitos y un centenar de huevos de helmintos. Se contraen por ello enfermedades tales como diarrea, cólera, disentería, fiebre tifoidea, helmintiasis y tracoma.



Asimismo, el estudio demuestra que alrededor de un millón de niños mueren cada año por causa de enfermedades provocadas por la contaminación del aire en sus hogares. En más del 75% de las viviendas de la mayoría de los países de Asia y África se utilizan para cocinar combustibles sólidos, como madera, estiércol, carbón o restos vegetales, que producen un humo que, inhalado, provoca o agrava diversas afecciones respiratorias, como la neumonía u otras infecciones.