Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La práctica diaria de ejercicios además de beneficiar los sistemas respiratorio, cardiovascular, muscular y óseo estimula el desarrollo del cerebro y retarda los efectos del envejecimiento, señala la prensa local. Estudios estadounidenses realizados al respecto en animales, especialmente en ratas, indican que caminar 20 o 30 minutos diarios resulta suficiente para lograr estos beneficios. Dicha práctica deportiva restablece conexiones entre las neuronas y animan la creación de otras, indica la fuente.

Algunas de las investigaciones estuvieron enfocadas hacia la proteína BDNF, sigla en inglés referente al factor neutrófico derivado del cerebro. Esta molécula ayuda a las células nerviosas a crecer y conectarse entre sí. Al inyectar esta sustancia en el cerebro de ratones de laboratorio, los expertos comprobaron que ellas eran más veloces a la hora de correr en laberintos que sus congéneres con niveles bajos de BDNF. Según el siquiatra Vassilis Koliatsos, de la Universidad Johns Hopkins en Maryland, esa proteína ayuda a recablear el cerebro, por tanto mejora la memoria y el estado de ánimo.

Por otro lado, Arthur Kramer, un científico de la Universidad de Illinois, descubrió, mediante resonancia magnética realizada en personas mayores de 55 años, que la práctica de algún deporte, por mínimo que sea, retarda los efectos del envejecimiento, especialmente a nivel del cerebro.