Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un porcentaje significativo de familiares de pacientes pediátricos con dermatitis atópica padecen también la enfermedad u otras patologías con un componente alérgico, como rinitis o asma, según los resultados preliminares del estudio ELIHO, presentado este fin de semana en el Congreso de la Asociación Española de Pediatría, que se ha celebrado en Madrid.



El estudio ELIHO es un trabajo de Investigación de Resultados en Salud (IRS) promovido por Novartis Farmacéutica, cuyo objetivo principal es "valorar la frecuencia de afectación familiar en los niños que padecen la enfermedad", según explica el Prof. Alfredo Blanco, del Departamento de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid, miembro del comité científico del estudio.



En el trabajo, que se inició el pasado mes de enero, han participado más de 600 investigadores. Es un estudio epidemiológico, transversal y de ámbito nacional que recoge información de cerca de 6.000 pacientes pediátricos menores de 14 años afectados por dermatitis atópica que acuden a consultas pediátricas extrahospitalarias.



En este Congreso se han presentado los datos preliminares referidos a alrededor de 800 pacientes, según señala el Prof. Blanco. "Sin duda, la dermatitis atópica tiene una base genética pero es un factor con un peso relativo -apunta este especialista-. La herencia no decide totalmente quién tendrá dermatitis atópica y quién no la tendrá".



Respecto a sus causas, afirma que el riesgo de desarrollar la enfermedad viene determinado por dos grupos de causas: por una parte, están los factores familiares o genéticos y, por la otra, se contempla todo un conjunto de factores ambientales y dietéticos con influencia lesiva.



Por esta razón, el Prof. Blanco considera que es preferible considerar la genética como un factor predisponente pero no como un factor determinante. "Realmente se desconoce el peso relativo genética/ambiente, algo que sería muy interesante y práctico, teniendo en cuenta que sólo se puede intervenir de forma profiláctica sobre el ambiente".



"Mis expectativas, como las de cualquier profesional, son las de evitar la aparición de dermatitis atópica en niños de alto riesgo", comenta el especialista de la Universidad de Valladolid sobre lo que espera de este estudio. "En aquellos casos en los que la enfermedad ya se haya producido, el deseo es contar con los medios que ofrezcan al enfermos la mejor calidad de vida posible".



Otro de los datos destacables de los resultados es que se ha puesto de manifiesto que, con los enfermos pediátricos de dermatitis atópica, se utilizan más los tratamientos farmacológicos que otros como lociones, jabones especiales o cambios en los hábitos de vida, como la recomendación de tomar el sol con moderación, según señala el Prof. Blanco.