Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) acogió de manera favorable la propuesta de crear un registro mundial de trasplantes con sede en España, en el marco de la LVII Asamblea Mundial de la Salud, según informó el Ministerio de Sanidad en un comunicado.



España "cuenta con la necesaria experiencia, infraestructuras y formación de los profesionales para albergar este registro", señala la nota. De hecho, asegura que los países miembros de la Asamblea han reconocido el liderazgo español en esta materia, teniendo en cuenta que recoge este tipo de datos desde hace más de diez años, de forma ininterrumpida, para el Consejo de Europa.



La "favorable acogida" de esta propuesta se produjo en el transcurso de un debate sobre la resolución acerca de calidad y seguridad en los trasplantes de órganos, tejidos y células, liderada por España. En ella se recoge la propuesta de elaborar guías clínicas que permitan establecer en todo el mundo los mismos estándares de seguridad y calidad.



En el último Consejo Ejecutivo de la OMS se puso de manifiesto la necesidad de desarrollar un programa de trasplantes mundial bajo los auspicios de esta organización, dada la preocupación que existe por la falta de órganos y tejidos para atender las necesidades de los pacientes y los riesgos éticos y de seguridad que conllevan este tipo de intervenciones.



"A ello se añade la inexistencia de un sistema integral de recogida de datos, que hace difícil valorar la importancia de las prácticas éticamente inaceptables o el grado de eficacia y seguridad de los distintos tipos de trasplantes", apunta Sanidad.



La resolución destaca la necesidad de reforzar la cooperación internacional, armonizar las leyes y los sistemas de organización, así como establecer un marco ético de trabajo. En este aspecto, la delegación española defendió los principios de equidad, gratuidad, accesibilidad, calidad y seguridad, vigentes en nuestro país, como aspectos básicos en materia de trasplantes.



También insta a los Estados miembros a adoptar medidas para proteger a los grupos más pobres y vulnerables, frente al "turismo de trasplantes" y la venta de tejidos y órganos.