Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Aunque con el paso del tiempo vaya perdiendo un poco de eficacia, la protección que confiere al organismo la vacuna contra la tuberculosis (BCG) puede extenderse durante un período de 60 años.



Así lo afirma un estudio que ha seguido la evolución hasta 1998 de un grupo de personas inmunizadas 60 años antes, en 1938.



Una parte de los participantes (1.483) se les administró la vacuna; al resto, 1.309, consumió una solución salina como placebo.



Todos los participantes eran indios americanos y nativos de Alaska con edades comprendidas entre un mes y los 20 años.



La incidencia de la tuberculosis (contabilizada desde el 1 de enero de 1948) fue de 66 casos por cada 100.000 personas al año para el grupo vacunado y de 138 casos por cada 100.000 personas (cada año) para el grupo que había recibido el placebo.



Tras estos datos, el trabajo señala que la eficacia de la vacuna es del 52%. Además, la protección que otorga perdura a largo plazo.



Los autores de este metaanálisis, que se publica en el último número de 'JAMA', han descubierto también que la vacuna es más eficaz y más duradera en las mujeres que en los hombres.



Así, los varones pierden la mayoría de los beneficios de la inmunización entre 35 y 40 años después de haber recibido la vacuna, mientras que en las mujeres no se observa este hecho. Sin embargo, se desconocen las causas que explicarían estas diferencias de género.



Los responsables de este trabajo afirman que este descubrimiento debería animar a los investigadores a desarrollar vacunas de características similares.



Resultados variables



El estudio, dirigido por Naomi E. Aronson, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Ciencias de la Salud de Bethesda (EEUU), es el primero que muestra una eficacia tan duradera de la BCG.



Un editorial que acompaña al trabajo en la misma publicación explica que si bien existe consenso sobre la efectividad a largo plazo de la BCG en los niños, ya que muchos ensayos lo han demostrado, no ocurre lo mismo sobre su eficacia en adultos, donde los resultados son más variados.



Pero, pese a que investigaciones anteriores no hayan llegado a las mismas conclusiones, el editorial señala que la posibilidad de que la BCG confiera protección durante 60 años es un hallazgo importante porque puede sentar las bases para el desarrollo de una vacuna nueva.



La BCG (Bacilo de Calmette y Guèrin) fue inventada por los epidemiólogos Albert Calmette y Camilla Guèrin, que empezaron sus investigaciones en 1906 y las concluyeron en 1921.



La vacuna consiste en un preparado en el que se usan bacilos de tuberculosis atenuados, que no pueden provocar la enfermedad pero son capaces de estimular las defensas del cuerpo.