Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los reservorios del virus del sida explican en cierto modo su capacidad de mostrarse inactivo o contagiar y mantenerse como una enfermedad crónica, a pesar de los tratamientos para el mismo, destaca el jueves la revista New England Journal of Medicine.

En una investigación publicada en el número más reciente de esa revista, expertos en la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) explican cómo el mismo infecta varias células humanas del sistema inmunológico, como los linfocitos CD4, encargados de la defensa, y las dendríticas. Estas últimas tienen como función la captura de microorganismos en los tejidos para transportarlos a los órganos linfáticos, con vistas a que otras células los eliminen. Asimismo, pueden infectarse por el VIH los macrófagos, facultados para la defensa de los tejidos frente a los virus y los denominados asesinos naturales y CD8, ambos linfocitos encargados de proteger al organismo contra cuerpos extraños.

Los científicos plantean en el trabajo que el VIH procede de un virus de chimpancé, pero cuando los simios son afectados por el virus no sufren las mismas consecuencias que los humanos. Ello se debe a que el principal resultado de la infección por VIH en los hombres es precisamente la disminución del número de células de defensa, en especial las CD4, y la aparición de enfermedades oportunistas como respuesta a la incapacidad del organismo de defenderse de los microorganismos, expresaron.

Por tanto, a la hora de desarrollar cualquier tratamiento para combatir el virus del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) se debe tener en cuenta estas peculiaridades, apuntaron.

Los especialistas hacen hincapié también en que en los lugares donde abundan las células citadas es donde con más posibilidades se puede encontrar virus acantonados.

Indican además que los ganglios linfáticos actúan como reservorios de virus inactivos y que el sistema nervioso central es otro de los denominados "santuarios" del VIH.

Agregan que la dificultad para que los fármacos lleguen a éste último favorece de igual manera la permanencia de ese virus.

Su persistencia en el sistema genitourinario aporta un valor añadido al problema, en tanto puede permitir nuevos contagios incluso cuando la infección está bien controlada.

De ahí que los expertos aconsejen continuar con el uso de los preservativos incluso en pacientes con carga viral indetectable.

En Internet: http://content.nejm.org/