Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un artículo publicado en el último número de "JAMA" señala que las personas que resultaron infectadas por el bacilo del carbunco (Bacillus anthracis) en otoño de 2001 continuaban experimentando problemas de salud físicos y mentales un año después de aquellos ataques bioterroristas que tuvieron lugar en Estados Unidos.



Los autores, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidenses, explican que los síntomas no parecen estar directamente relacionados con la exposición a la bacteria, sino que reflejan los problemas derivados de una experiencia traumática. Por lo tanto, esos problemas de salud no pueden definirse como un efecto causal de la infección.



No obstante, su persistencia pone de manifiesto la necesidad de proporcionar a los afectados asistencia inmediata, tanto física como mental, tras estos tipos de sucesos traumáticos, sean ataques bioterroristas, huracanes o asaltos personales.



En otoño de 2001, poco después de los atentados del 11 de septiembre, se registraron en Estados Unidos 22 casos de carbunco, 11 de ellos por inhalación de esporas y 11 por contacto cutáneo. De los 17 supervivientes, 6 presentaron carbunco respiratorio y 11 cutáneo. Un año después de la infección, los autores del estudio entrevistaron a 15 de los 16 supervivientes adultos, quienes informaron de una variedad de síntomas de salud, entre los cuales los más frecuentes son la tos crónica, la dificultad respiratoria, el dolor y los problemas de memoria. Al revisar los archivos clínicos de estos pacientes, los investigadores no pudieron encontrar explicaciones para tales síntomas.