Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Las investigaciones del coronavirus que provoca el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) revelan que es estable, lo que haría posible la creación de una vacuna, pero difícilmente evolucionara hacia una forma más benigna. El virólogo Earl Brown de la Universidad de Ottawa, Canadá, dijo a la revista Nature Science Update que las investigaciones en varios países confirman que hubo pocos cambios en el mapa genético del coronavirus, lo que tiene aspectos positivos y negativos. En lo positivo, la estabilidad genética (pocas mutaciones) permitirá seguir de cerca su propagación y facilitará la creación de una vacuna efectiva. En lo negativo, la estabilidad significa que posiblemente no mutará hacia una forma benigna, como sucedió con otros patógenos que provocaron epidemias en el pasado.

Brown señaló como ejemplo de una mutación benigna el caso de un retrovirus que provocaba un equivalente del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) en los chimpancés, que evolucionó hacia formas benignas y terminó desapareciendo. Otros virólogos piensan que es muy temprano para establecer si el coronavirus que traspasó la barrera de las especies al saltar de un animal al hombre, en el sur de China, es realmente estable o no. El microbiólogo Albert Osterhaus, de la Universidad Erasmus de Rotterdam, Holanda, advirtió que los pequeños cambios detectados en el coronavirus pudieron ocurrir en los laboratorios, cuando el virus se adaptó a células de chimpancés en las cuales fueron cultivados. Sugirió que el estudio del coronavirus debe ser efectuado en los virus extraídos directamente de los pacientes o cultivados en células humanas.

El virólogo John Oxford de la Escuela de Medicina Queen Mary de Londres dijo, por su parte, que son necesarios análisis genéticos del virus en personas infectadas por el SRAS pero con síntomas benignos, para comparar datos con los virus de pacientes con síntomas graves. Esto permitirá comparar los genes que aumentan la virulencia del coronavirus, lo que además puede ofrecer las posibilidades de crear medicamentos específicos o una vacuna.

En Canadá, el gobierno de Ontario está muy satisfecho con la decisión de la Organización Mundial de Salud (OMS) de sacar a la ciudad de Toronto del mapa de las zonas con SRAS. El brote de SRAS en Toronto fue puesto bajo control en la última parte de abril y desde entonces no se han presentado nuevos casos. La investigación continúa en los laboratorios y centros universitarios, ya que casi existe la certeza que esta enfermedad no será fácilmente eliminada de manera definitiva.