Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Las madres que se exasperan por las pequeñas riñas que tienen con sus hijas adolescentes deben saber que un nuevo estudio realizado en Gran Bretaña mostró que estas discusiones pueden ser positivas para la relación entre ambas.

Investigadores de la Universidad de Cambridge hallaron en su estudio que las adolescentes acostumbran a usar estas discusiones como un medio de comunicación. "Las riñas suelen empezar prácticamente de la nada. Pero suben de tono con rapidez hasta que se oye a la hija decir: ¡Te detesto!, y la madre se enfada", dijo la psicóloga Terri Apter, según informó un diario británico en su edición del viernes.

"Sin embargo (...) las hijas suelen usar las discusiones para actualizar a sus madres acerca de sus vidas y (para comunicar) que lo que están haciendo es importante para ellas. Las disputas (...) a veces, mantienen la comunicación", dijo Apter durante la conferencia anual de la Sociedad de Psicología de Gran Bretaña.

El estudio de Apter halló que, como promedio, las madres y sus hijas adolescentes tienen riñas de unos 15 minutos cada dos días y medio. En contraste, los adolescentes varones discuten con sus madres cada cuatro días, como promedio, y las discusiones sólo duran unos seis minutos.

Con respecto a los padres, Apter aconsejó que si están pensando en involucrarse en aspectos relacionados con los enamorados, las tareas escolares o la desorganización de sus hijas, que "ni se molesten". "Las hijas se frustran con sus padres, pero tienen tendencia a ignorarlos", dijo Apter, según el diario británico The Independent.