Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El tratamiento intensivo con estatinas logra un reducción media en las cifras de colesterol LDL de 62 mg/dl, frente a los 100 mg/dl que recomiendan las guías estadounidenses, lo que se asocia con un beneficio mayor en la reducción de la mortalidad y en la tasa de accidentes cardiovasculares, de acuerdo con los resultados de un ensayo publicado en "The New England Journal of Medicine".



Hasta ahora sabíamos que el riesgo de accidente cardiovascular se reducía de forma muy importante con la terapia hipolipemiente con estatinas, pero aún no está claro cuáles son las cifras óptimas de colesterol LDL. En este sentido, este estudio concluye que en aquellos pacientes que han sufrido recientemente un síndrome coronario agudo, un régimen intensivo de estatinas ofrece una mayor protección que otro estándar frente a la muerte o a la aparición de accidentes cardiovasculares mayores.Estos hallazgos confirman los beneficios obtenidos en estos pacientes al disminuir continua y tempranamente los niveles de colesterol LDL por debajo de los niveles fijados hasta ahora.



01CLos datos confirman que la reducción del colesterol LDL en una media de 62 mg/dl en vez de los 100 mg/dl supone un importante beneficio en cuanto a disminución en términos de mortalidad y del riesgo de ataques cardiacos01D, señala Cristopher Cannon, de la Universidad de Harvard y coordinador de este ensayo, denominado Prove-It.



Hace más de cuatro años el Grupo de Evaluación de Atorvastatina-Pravastatina y Terapia Trombolítica en Infarto de Miocardio inició un ensayo con 4.162 pacientes, que habían sido hospitalizados por un sindrome coronario agudo en los 10 días precedentes, para comparar la efectividad hipolipemiante de dos estatinas: atorvastatina frente a pravastatina. Aunque se conocía la superioridad de atorvastatina en su capacidad para reducir los niveles de colesterol, se creía que los dos fármacos eran esencialmente iguales en un aspecto clave: su capacidad para prevenir muertes y eventos vasculares.



El ensayo comparó la terapia estándar diaria con pravastatina (40 mg.) con una terapia intensiva diaria con atorvastatina (80 mg.). El criterio principal de valoración fue la aparición de: muerte por cualquier causa, infarto de miocardio, angina inestable documentada que requirió rehospitalización, revascularización (realizada 30 días después de la aleatorización) e ictus.



Los niveles medios de cLDL alcanzados durante el tratamiento fue de 95 mg. por decilitro en el grupo que utilizó la dosis estándar de pravastatina y de 65 mg. por decilitro en el que utilizó dosis altas de atorvastatina (P<0.001).



Asimismo, se observó (método de Kaplan-Meier) que el 26,3% de los pacientes que recibieron pravastatina murió, sufrió un ataque cardiaco u otras complicaciones graves en un plazo de dos años de tratamiento frente al 22,4% del grupo de atorvastatina, lo que supone una reducción relativa del 16% del riesgo a favor del segundo grupo.



Las conclusiones son las más decisivas observadas hasta ahora para demostrar la importancia de reducir cuanto más mejor los niveles de colesterol LDL, y probablemente den lugar a objetivos nacionales más agresivos en cuanto a esta reducción se refiere.



Las tasas de suspensión del tratamiento por efectos adversos no fueron estadísticamente significativas. El porcentaje de pacientes que registraron elevaciones de transaminasas por encima de 3 veces el valor normal fueron del 1.1% con la pravastatina y del 3.3% con la atorvastatina (P<0.001).