Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Mujeres que experimentaron una reducción, de corta duración pero radical, en su ingestión de alimentos durante la hambruna sufrida en Holanda entre 1944 y 1945, registran un mayor riesgo de cáncer de mama en comparación con las mujeres cuya ingestión calórica no se vio tan afectada. Así lo indica un estudio realizado por investigadores del Centro Médico Universitario de Utrecht (Holanda), que se publica en la revista "Journal of the National Cancer Institute" (JNCI).



Diversos estudios con animales han hallado que, reduciendo la ingestión calórica entre un tercio y la mitad en la vida del animal, se previenen varios tipos de cáncer. Pero las implicaciones de la restricción calórica a corto plazo no se conocen bien hasta ahora.



Este tipo de estudios en seres humanos plantean, en cambio, algunas cuestiones éticas y prácticas. Durante la Segunda Guerra Mundial, se produjo un período de hambruna en la parte occidental de Holanda, como resultado de en un embargo de alimentos impuesto por las autoridades alemanas. Entre 1983 y 1986 alrededor de 15.000 mujeres que participaban en un programa de diagnóstico de cáncer de mama, que tenían edades comprendidas entre los dos y los 33 años durante la hambruna de 1944-45, respondieron a un cuestionario sobre su experiencia al respecto.



Los autores del presente trabajo usaron los datos recogidos para analizar los efectos de la hambruna en el riesgo subsiguiente de cáncer de mama. A las mujeres se les asignó una calificación de su exposición a la hambruna ausente, moderada o grave en base a la información recogida sobre hambre, frío y pérdida de peso.



Se comprobó que el riesgo de cáncer de mama aumentaba con el aumento de la gravedad de la exposición a la hambruna. Por ejemplo, las mujeres que experimentaron una exposición grave a la hambruna registraron un aumento del 48% en el riesgo de cáncer de mama, comparadas con las mujeres que no habían sufrido la hambruna. La relación entre la exposición a la hambruna y el riesgo de cáncer de mama era máximo entre las mujeres que tenían entre dos y nueve años en aquél momento, comparadas con las mujeres que se expusieron en edades más adultas. El riesgo era también mayor entre las mujeres que no tuvieron hijos que en aquellas que sí que tuvieron.



Journal of the National Cancer Institute 2004; 96:539-546