Los niños indÃgenas son uno de los grupos más marginados y vulnerables del mundo y es necesario actuar internacionalmente para proteger su supervivencia y sus derechos, según un informe del Centro de Investigación Innocenti de UNICEF, con sede en Florencia, Italia. Se estima que en todo el mundo unos 300 millones de personas pertenecen a comunidades indÃgenas. Casi la mitad de los pueblos indÃgenas vive en Asia, y la segunda población indÃgena más numerosa es la de América Latina. Residentes en todas las regiones del globo, las poblaciones indÃgenas proceden originariamente de unos 70 paÃses y hablan tres cuartos de las 6 000 lenguas del mundo. Tanto en las zonas rurales como urbanas, a menudo los derechos de los niños pertenecientes a estos pueblos se ven comprometidos o negados, subraya el informe. Respecto de los demás niños, los indÃgenas suelen tener una tasa de vacunación inferior y un mayor Ãndice de mortalidad. También es menor el nivel de escolarización y mayores las probabilidades de repetir años o abandonar los estudios, a lo que se suma una protección inadecuada en los sistemas judiciales. Tanto en los paÃses ricos como en los pobres, la mortalidad infantil y materna es más alta en los grupos indÃgenas. El registro de los nacimientos, primer paso para tener derecho a una ciudadanÃa, también es menor entre los niños de estas comunidades. "Mejorar las condiciones de vida de los niños autóctonos es esencial, no sólo por su propia salud y bienestar, sino también por el futuro de los pueblos indÃgenas y el lugar único que ocupan en el seno de la gran familia humana", dijo el informe, que recomendó que los gobiernos destinen recursos al apoyo a las familias indÃgenas mediante leyes, polÃticas y servicios adecuados. La investigación de Innocenti subraya que con frecuencia las comunidades indÃgenas están sometidas a fuertes tensiones en el plano cultural y social. La falta de oportunidades, la discriminación cultural, la falta de sistemas adecuados de asistencia social, la pérdida de la tierra, la represión que sufren cuando la reclaman, y la dificultad de integración en la cultura dominante, contribuyen a crear poca autoestima y pérdida de identidad que pueden llevar a la depresión, el abuso de alcohol y el suicidio. Los niños indÃgenas también corren el riesgo de ser sometidos a la trata de seres humanos, la explotación sexual y laboral, y son los primeros en sufrir las consecuencias de los conflictos armados y los desórdenes civiles. El informe de Innocenti resalta las cuatro áreas estratégicas en las que está demostrado que las inversiones pueden producir notables resultados para los niños indÃgenas: -Salud y alimentación: realizar estudios de evaluación sobre las prácticas médicas indÃgenas, darles formación como operadores sanitarios y colaborar con los curanderos y asistentes de partos tradicionales, mejorar la disponibilidad de servicios médicos. -Instrucción: desarrollar programas de educación preescolar, crear programas de instrucción bilingües, hacer significativa la instrucción para las comunidades indÃgenas recurriendo, por ejemplo, a los ancianos en las escuelas, organizar lecciones y horarios compatibles con los ritmos de vida de la comunidad. -Protección y apoyo: desarrollar las capacidades de las familias indÃgenas, las redes de parentela y la comunidad, concentrar las intervenciones en los niños autóctonos y los jóvenes de las zonas urbanas y las periferias, garantizar que los sistemas judiciales sean sensibles y adecuados a las especificidades culturales. -Participación en los procesos de decisión: adoptar medidas para superar los obstáculos al registro de nacimientos, favorecer el desarrollo de los niños haciéndolos participar en debates de la comunidad en el ámbito nacional e internacional. |