Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Una forma de vitamina E parece aportar protección contra el desarrollo del cáncer de vejiga, mientras que una segunda forma no posee efecto alguno. Así lo indica un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Texas (EE.UU.), que se ha presentado en la reunión anual de la American Association for Cancer Research que se celebra en Orlando, Florida (EE.UU.).



En un trabajo que ha durado cinco años y que se ha realizado con 468 pacientes de cáncer de vejiga y 534 personas sanas de control, los autores observaron que un alto consumo de alfa-tocoferol, una forma de vitamina E, reducía significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de vejiga.



Sin embargo, el gamma-tocoferol, que se consume en mayores cantidades que el alfa-tocoferol en Estados Unidos, no ofrece protección, según los autores del nuevo trabajo.



La ingestión elevada de vitamina E de fuentes dietéticas se asocia con una reducción del 42 por ciento en el riesgo de cáncer de vejiga, mientras que el alto consumo de vitamina E de los alimentos combinado con el consumo de suplementos se relacionó con una reducción en dicho riesgo de un 44 por ciento.



Los investigadores señalan que, si bien su estudio aún está sin concluir, es aconsejable que las personas nos acostumbremos a comer una dieta sana en la que se incluyan frutas, verduras y frutos secos.



Según ellos, la mayoría de las personas no se ajusta a las recomendaciones de consumir 15 mg de vitamina E en su dieta diaria y típicamente se suelen consumir unos 8 mg. Son muchas las verduras, frutas y aceites que contienen vitamina E, pero los más ricos en alfa-tocoferol incluyen las almendras, los pimientos verdes y rojos, las espinacas, las mostaza, las semillas de girasol y los aceites vegetales.