Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un trabajo publicado en "Circulation" por investigadores de la Universidad de California, en San Francisco, concluye que los pacientes infectados por el virus del sida presentan un riesgo incrementado de aterosclerosis y que esta enfermedad parece progresar de forma especialmente rápida. En consecuencia, consideran que la infección debería ser considerada un factor de riesgo de enfermedad cardíaca.



Estudiaron a 148 pacientes infectados por el VIH, con una media de edad de 45 años y que presentaban la infección desde hacia 11 años de promedio. Habían sido tratados con distintas combinaciones de antirretrovirales, entre ellos inhibidores de la proteasa, desde hacia una media de 3,3 años. Este grupo fue comparado con un grupo control formado por 63 adultos no infectados por el virus del sida.



Los investigadores utilizaron ultrasonografía para medir el grosor de las arterias carótidas de los participantes, y observaron que tal grosor era significativamente mayor entre los pacientes seropositivos. Asimismo, se encontró placa de ateroma en el 45% de ellos, frente al 24% de los controles.



Al cabo de un año, el grosor de las carótidas de los infectados por el VIH era mayor y la tasa de aumento del grosor fue mucho más rápida que entre los controles.