Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un viejo postulado de la biología reproductiva sostiene que, en la mayoría de los mamíferos, la capacidad para renovar las células germinales (ovocitos) que originan los óvulos fecundables se pierde durante del desarrollo fetal. De hecho, se ha dado por sentado desde hace ochenta años que las mujeres nacen con una reserva limitada de ovocitos en los folículos, pequeñas cápsulas con fluidos de los tejidos ováricos donde esas células sexuales maduran hasta convertirse en óvulos fecundables por los espermatozoides. A partir del nacimiento, esa reserva potencial de óvulos comienza a agotarse por distintas causas (muerte célular, ovulación...) hasta que desaparece definitivamente con la menopausia, informa el diario ABC en su edición del sábado, 13 de marzo.



Sin embargo, en un estudio realizado con roedores, el doctor Jonathan Tilly y sus colaboradores del Hospital General de Massachusetts y la Universidad de Harvard han descubierto indicios de que los ovarios de los mamíferos experimentan una renovación de óvulos a lo largo de la vida reproductiva. Es un hallazgo todavía preliminar, pero que de confirmarse podría tener importantes implicaciones para los tratamientos contra la infertilidad y la menopausia. Los resultados de este experimento, publicado esta semana en «Nature», sugieren la existencia de células madre activas en los tejidos ováricos de ratones jóvenes y adultos que reponen constantemente la existencias de ovocitos en los folículos, proporcionando la capacidad biológica para generar nuevos óvulos. Desde hace ya mucho tiempo se sabe que en los testículos hay células madre de línea germinal con capacidad para producir grandes reservas de espermatozoides a lo largo de la edad adulta, pero nunca se había detectado un fenómeno semejante en el sistema reproductor de las hembras. Tilly y sus colaboradores todavía no han logrado aislar esas células madre sexuales, pero disponen de varios indicios que las sitúan en la superficie exterior de los ovarios.



Potenciales aplicaciones



En sus experimentos, el grupo norteamericano administró a ratones varios compuestos químicos que destruyen selectivamente los ovocitos, pero observaron que los roedores seguían produciendo nuevos óvulos para sustituir a los destruidos gracias a la acción de esas células madre. La hipótesis del doctor Tilly es que el declive de los óvulos no se debe a una limitada dotación de ovocitos con la que nacen las mujeres, sino a una disminución de esas células madre a lo largo de la vida. «Es una teoría radicalmente nueva», afirma Roger Gosden, pionero de la fisiología reproductiva humana en el Instituto Jones de Virginia. Sin embargo, el doctor Gosden puntualiza que todavía no está demostrado si esas células madre existen en los ovarios humanos.



Si el grupo de Jonathan Tilly no está equivocado, las posibilidades terapéuticas son alentadoras. En el futuro, las mujeres jóvenes podrían congelar sus células madre ováricas para su reimplantación, décadas después, con el fin de generar óvulos fecundables y poder tener hijos. A priori tampoco cabe descartar el diseño de fármacos para inducir la actividad de esas células madre.