Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La Academia de Ciencias de Cuba (ACC) manifestó el martes su rechazo a la política anticubana de Washington, que ha colocado nuevos obstáculos para evitar que los investigadores cubanos publiquen sus trabajos en revistas de los Estados Unidos.

Según una declaración de la ACC leída por su presidente, el Doctor Ismael Clark, esa institución "denuncia ante la opinión publica nacional e internacional la prohibición de revisar, editar, o modificar en publicaciones y revistas científicas estadounidenses trabajos de autores de países objeto de embargo comercial". Entre esas naciones (junto a Irán, Libia y Sudán), especifica el texto, se encuentra Cuba.

Desde que la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de América realizara el anuncio de esa medida, añade el documento oficial de la ACC, algunos editores estadounidenses han rechazado artículos presentados por científicos cubanos.

En consecuencia, la ACC "llama a los investigadores de todo el mundo a solidarizarse con la declaración, y a condenar y rechazar esta nueva y absurda agresión".

La adopción de la medida por parte del actual gobierno norteamericano, "viola no sólo el más elemental derecho de los científicos de cualquier lugar del mundo, sino también la propia Constitución de Estados Unidos, agrega.

No obstante, reveló Clark, los investigadores cubanos continuarán presentando sus trabajos a las revistas que consideren apropiado, independientemente del país que tengan estas su sede.

Con la implementación de esa política, según la declaración, el gobierno de George W. Bush busca "satisfacer a la ultraderecha cubano-americana del sur del estado norteamericano de la Florida, máxime en la coyuntura de un año electoral". Esta absurda expresión del recrudecimiento del bloqueo estadounidense (contra Cuba), enfatiza el texto, "es comparable con la quema de libros que ha sido práctica de los regímenes fascistas".

Es sólo la mas reciente acción, añade el documento, del mismo gobierno que, sin tomar en cuenta la voz de los científicos de su propio país, se ha negado a reconocer el calentamiento global y ha destruido con sus salvajes acciones militares muchos ejemplares únicos del patrimonio universal.

De acuerdo con los hombres de ciencia cubanos, constituye un absurdo bloqueo al libre flujo de ideas y conocimientos, requisito indispensable para el avance del saber en beneficio de la humanidad.

Con su implementación, resume el texto, se priva a las comunidades de investigadores estadounidenses y mundiales de compartir los reconocidos avances de Cuba en las ciencias.

La decisión de Washington va en contra de varias declaraciones de la comunidad internacional, como la emitida en la Conferencia Mundial de la Ciencia de 1999.

Como contraste, precisamente el martes se conoció desde Ginebra una decisión de los directores de las más importantes revistas médicas del mundo, quienes han decidido cooperar con la Organización Mundial de la Salud para impulsar la publicación de trabajos procedentes de naciones en desarrollo.