Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

COMLas probabilidades de éxito en una operación quirúrgica para la extirpación de un tumor en un niño aumentan en los hospitales que más intervenciones de este tipo realizan al cabo del año. La experiencia del cirujano también es fundamental a la hora de acelerar la recuperación del paciente y su vuelta a casa.

Un grupo de científicos del Hospital General de Massuchusets y de la Facultad de Medicina de Harvard (ambos en Estados Unidos) acaban de publicar los resultados de un estudio de más de 12 años de duración cuyas conclusiones pueden leerse en la revista 'Neurosurgery'.

Tras analizar más de 4.700 hospitalizaciones consecuencia de un tumor cerebral y llevadas a cabo en Estados Unidos entre los años 1988 y 2000, el equipo del doctor Edward Smith llegó a la conclusión de que el riesgo de morir en el hospital tras una operación de esta naturaleza era menor en los hospitales que más extirpaciones realizaban al año.

Concretamente, el riesgo era del 2,3% en aquellos centros que operaban a menos de cuatro niños al año mientras que esta probabilidad se reducía hasta el 1,4% cuando el número de pequeños con tumores cerebrales intervenidos era de más de 20 anuales. Esto quiere decir que el riesgo de fallecimiento descendía a la mitad a medida que se multiplicaba por diez el número de operaciones de neurocirugía infantil.

Aunque la mortalidad no era el único parámetro que mejoraba. Los niños tratados en los hospitales con mayor volumen de intervenciones eran los que menos tiempo de postoperatorio requerían y los más proclives a marcharse a casa tras pasar por el quirófano, sin necesidad de rehabilitación en el centro.

No es la primera vez que un trabajo menciona el alto volumen de trabajo de un hospital como 'garantía de éxito' para ciertas operaciones complejas (de cirugía cardiaca infantil, por ejemplo). Pese a ello, los especialistas admiten que sería necesario un seguimiento a largo plazo para ver la evolución de estos niños y la influencia posterior de ser tratados en uno u otro centro.

Según todos los expertos, la tendencia hacia la centralización y especialización para este tipo de intervenciones quirúrgicas es cada vez más evidente. Queda por determinar qué resultados tendrá en el futuro en el pronóstico y supervivencia de los pacientes.

En opinión del doctor Fernando Carceller Benito, neurocirujano infantil en el madrileño hospital de La Paz, lo importante es alcanzar un equilibrio para lograr buenos resultados y al mismo tiempo evitar la excesiva concentración en uno o dos centros grandes. "En algunos casos, la gravedad de la situación requiere actuar con urgencia y no hay tiempo para acudir al hospital de excelencia, sino al más cercano", explica.

Por este motivo aboga por la existencia de varios centros de un nivel aceptable,con adecuadas infraestructuras y personal bien formado.

En el hospital de La Paz, que cubre a una población de unos 300.000 niños, se llevan a cabo unas 15 o 20 intervenciones de este tipo al cabo del año. Esta cifra convierte a este centro, junto con el Doce de Octubre (también en Madrid), y otros centros de Barcelona, Sevilla o Valencia en el primero en número de operaciones de neurocirugía infantil.

Según el mismo doctor Carceller, esta especialización se ha ido decantando por sí sola en las últimas décadas, por la propia práctica clínica, aunque no deja de expresar su confianza en las ventajas que tendría disponer de varios centros especializados en lugar de uno o dos macrocentros que centralicen toda la actividad. "No sólo para ésta, sino para todas las enfermedades complejas que requieren intervenciones complicadas".