Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos



El 20% de las mujeres de entre 35 y 64 años de edad que experimentan un infarto de miocardio fallecen, frente al 14% de los varones, a pesar de que la incidencia del infarto es superior en la población masculina (194 casos por 100.000 habitantes, frente a 38 en el caso mujeres), según datos presentados por el Dr. José Abellán, presidente de la IX Reunión de la Sociedad Española de la Hipertensión-Liga Española de la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), que se celebra en Murcia.

Aunque se piense lo contrario, los expertos advierten de que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en la mujer, por encima de los cánceres ginecológicos.

El número de fallecimientos es superior -apuntan- porque cuando se produce un accidente cardio o cerebrovascular en una mujer posmenopáusica, su salud se encuentra más debilitada al coincidir una serie de factores, entre ellos la edad avanzada, la obesidad o la hipercolesterolemia.

Por otra parte, en los últimos años, la mejora del estilo de vida ha ido unida a una mayor tendencia al sedentarismo, tanto en el trabajo como en las horas de ocio. Así, se estima que el 45% de las mujeres son sedentarias. Junto a esta circunstancia, otro factor negativo para la salud femenina es la obesidad, que ha aumentando alarmantemente en los últimos 10 años, del 8 al 14%, duplicando su prevalencia entre este segmento de la población.

"Si a esto se une el incremento del tabaquismo entre las mujeres, principalmente entre las jóvenes, con cifras que ya alcanzan el 30%, podemos decir que el futuro del problema de las enfermedades cardiovasculares en las mujeres en los próximos años será peor", añadió el Dr. Abellán.

Durante la época fértil de la mujer, se estima que los estrógenos ejercen una acción protectora sobre el sistema vascular. Por ello, el riesgo de enfermedad cardiovascular hasta la menopausia es inferior que en el varón. "A partir de esta edad -continúa el Dr. Abellán- coinciden una serie de factores de riesgo, como son la aparición de resistencia a la insulina, tendencia a la obesidad, alteraciones del perfil lipídico, incremento en los niveles de presión de tensión arterial, lo que provoca que el riesgo se iguale al del varón".

Por ello, los expertos aconsejan antes de llegar a la época de la menopausia un conjunto de medidas no farmacológicas para prevenir el riesgo cardiovascular, como la ingesta de alimentos ricos en calcio para evitar el riesgo de descalcificación u osteoporosis, la práctica de ejercicio de forma habitual para evitar la obesidad y una alimentación equilibrada, complementada con alimentos que incluyan soja (rica en estrógenos de origen vegetal), durante la menopausia.