Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Las mujeres son biológica, sociológica y económicamente más vulnerables a la infección por VIH. Las mujeres son las principales víctimas de la epidemia de sida en todo el planeta. Las mujeres representan ya la mitad de las personas que conviven con esta infección en el mundo entero. Las mujeres son, aún hoy, víctimas del desconocimiento, de la falta de información y de los abusos sexuales. Pero las mujeres también son el motor de cambio, la primera línea de batalla contra la discriminación, a favor del trabajo en comunidad, del acceso a los tratamientos....



Así lo refleja 'Women Are', una película reivindicativa que varias asociaciones han dado a conocer con motivo del 'Día Internacional de la Mujer' que desde hace años se celebra el 8 de marzo.



Este documental, de 52 minutos de duración, está producido por Mondofragilis y cuenta con el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas contra el Sida (ONUSIDA) y de la Asociación Cristiana Femenina Mundial (YWCA).



La importancia de la información o el valor de la comunidad son sólo algunos de los escudos que blindan a estas mujeres anónimas de la tragedia, de la miseria del sida. Son ejemplos prácticos de su esfuerzo por cambiar las cosas, pero también de su enfado contra un mundo machista, inmobilista, en el que se sienten víctimas de la despreocupación de los poderosos.



'Women are' cuenta además con narradoras de lujo. La actriz Emma Thompson, activamente comprometida con la 'Coalición Mundial de Mujeres y Sida', está acompañada por la Secretaria General de la YWCA, la doctora Musibi Kanyoro, y por la representante de la Dirección Ejecutiva de ONUSIDA, la doctora Kathleen Cravero.



"La película no sólo saca a la luz las injusticias y la discriminación profundamente enraizadas a las que se enfrentan las mujeres, sino que también da esperanzas a millones de congéneres en todo el mundo que se sienten vulnerables y sin poder de decisión", ha señalado Kanyoro.



La película fue grabada en varios países de tres continentes diferentes entre diciembre de 2003 y enero de 2004 y podrá verse por primera vez en Ginebra coincidiendo con la celebración del 8 de marzo, unas horas más tarde se proyectará en la sede de la ONU en Nueva York. Sus promotores anuncian además una nueva emisión durante la Conferencia Internacional sobre Sida que este año se celebrará en Bangkok. Los internautas tendrán la oportunidad de bajársela directamente desde la Red y se están negociendo los derechos de televisión para poder emitirla en diversos países.



Según explica a 'elmundosalud.com' uno de los productores, Cemil Giray, "aunque técnicamente es un documental con muchos testimonios, es una película agradable de ver. No te hace sentirte mal". A su juicio, no hay ninguna imagen deprimente, y destacan más los testimonios optimistas y esperanzadores.



Las cifras



El director ejecutivo de ONUSIDA, Peter Piot, ha denunciado que "con demasiada frecuencia las mujeres, y en particular las muchachas, son incapaces de protegerse a sí mismas de las relaciones sexuales de riesgo".



Su departamento calcula que entre una quinta parte y la mitad de todas las niñas y jóvenes fue forzada en su primera relación sexual. Y aunque es difícil dar cifras exactas, el número de mujeres incapaz de negarse a tener relaciones o a insistir para que su pareja utilice preservativo sigue siendo significativamente alto.



La Organización Mundial de la Salud tiene sus propias estadísticas:



De los 33,6 millones de personas que tienen sida o están infectados por el VIH, 14,8 son mujeres.

En 1999, 2,3 de los 5 millones de nuevas infecciones en adultos fueron en mujeres.

La mitad de los fallecidos por esta enfermedad ese mismo año fueron mujeres.

En África, hay 13 mujeres por cada 10 varones infectados.

El 55% de los infectados en el África subsahariana son mujeres (este porcentaje es del 20% en los países europeos).

Difícil prevenir, difícil curar



La violencia y los problemas económicos que en muchos casos se encuentran en el origen del sida, especialmente en los países más desafavorecidos, golpean especialmente a las mujeres. Pero no sólo en eso están más desprotegidas. Según denuncia el Fondo de las Naciones Unidas para el sida, el posterior acceso a los tratamientos también es más difícil para ellas, marcadas por la discriminación y el estigma que aún representan estas cuatro letras.



"Millones de mujeres en todo el mundo ya estaban abocadas a trabajar de por vida. Ahora, el sida se ha sumado a ello convirtiéndose en una sentencia de muerte", ha señalado el doctor Piot. Porque incluso aunque ellas no sean las infectadas, la carga del hogar sigue recayendo sobre ellas en muchos lugares del mundo, y la presencia de un enfermo puede llegar a absorber una tercera parte de todo el trabajo doméstico.



Algo de ello tiene también que ver con el descenso de la asistencia a la escuela, en franco retroceso en muchos países africanos. El hundimiento de la economía familiar suele acabar sacando a los niños de la escuela y, por supuesto, las hermanas son las primeras en dejarlo. Así, el círculo se perpetúa y estas niñas tampoco accederán a la información básica que les permita auto-protegerse del sida.



"Hay que hacer más y con más urgencia" concluye el comunicado conjunto emitido por ONUSIDA y la YWCA para la ocasión. "Mientras las mujeres y las niñas no puedan disfrutar de educación, derechos de propiedad y seguridad económica, mientras no dejen de ser víctimas de la violencia, los avances realizados en el campo del sida les pasarán de largo".