Los investigadores que trabajan en el CERN, laboratorio europeo de fÃsica de partÃculas con sede en la frontera entre Ginebra y Francia, estudian la posibilidad de utilizar la antimateria para tratar tumores. El acelerador del CERN, capaz de generar millones de antiprotones a un ritmo de dos minutos, fue utilizado recientemente en un experimento de la firma estadounidense PBar Labs, destinado a averiguar qué efecto destructor pueden tener esas antipartÃculas sobre las células. Según el cientÃfico Michael Holzschreiter, de esa firma californiana, citado por el dominical suizo 'Sonntagszeitung', la antimateria puede encontrar un dÃa aplicaciones muy eficaces a la vez que limpias en el tratamiento del cáncer. Los primeros resultados del experimento, en el que los antiprotones se dirigieron contra células vivas de un conejillo de indias insertas en una probeta son esperanzadores, según el experto. Holszchreiter cree que esa posible nueve terapia tendrÃa grandes ventajas con respecto a la tradicional a base de protones para el tratamiento de tumores cancerosos. Alto coste El problema, sin embargo, es el coste: una fábrica de generación de antiprotones puede costar alrededor de 500 millones de francos, unos 319 millones de euros. Pero los responsables de la firma PBar Labs creen que en algunos casos valdrÃa la pena la inversión. Los antiprotones serÃan de especial utilidad en el tratamiento de tumores en el sistema nervioso, donde es importantÃsimo evitar cualquier daño al tejido inmediatamente próximo al tumor. Otro experto, Gerhard Kraft, de la Sociedad de Investigación de Iones Pesados de Darmstadt (Alemania), considera interesantes los experimentos con antiprotones del CERN, pero se pregunta al mismo tiempo si esa excelente idea teórica "es clÃnicamente viable". Desde los primeros experimentos con células hasta su eventual aplicación en la terapia anticancerosa pueden pasar fácilmente entre 10 y 20 años. Los expertos del laboratorio estadounidense consideran en cualquier caso que los beneficios que pueden obtenerse eventualmente justifican las millonarias inversiones necesarias. Y argumentan que la terapia tradicional, basada en los rayos X y gamma, daña en caso de tumores muy profundos el tejido circundante. Últimamente se ha empezado a tratar los tumores con iones de carbono, mucho más pesados que los protones y dotados de un potencial destructor mucho mayor. Los antiprotones, sin embargo -o eso esperan al menos los cientÃficos de PBLabs- pueden ser tan cuidadosos como los protones con el tejido que recorren antes de llegar al tumor. Pero en el momento de alcanzar su objetivo, "donde prácticamente se detienen, explotan al unirse a un protón", explica el fÃsico Michael Doser, del CERN. De baja intensidad Buena parte de esa energÃa aniquiladora se disipa en forma de diversas partÃculas, pero el resto -los iones generados en el momento del impacto- potencial el poder destructor. Según Holzschreiter, serÃa posible dirigir un rayo de antimateria de baja intensidad hasta el lugar preciso donde está el tumor con ayuda de un detector externo. En el momento en que el rayo llega a la meta fijada y se detiene, se podrÃa aumentar de pronto la intensidad del antiprotón para atacar con eficacia el tumor, explica el cientÃfico. |