La epidemia de sida en el este de Europa representa una amenaza al futuro crecimiento de la Unión Europea. Así lo han denunciado los ministros de salud de los países miembros de la UE y expertos en sida, reunidos durante dos días en Dublín para establecer un plan contra el VIH. Durante la conferencia, que se viene celebrando desde ayer y finaliza hoy, el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida de Naciones Unidas (UNAIDS) y el Banco Mundial han instado a los gobiernos europeos a "tomar medidas urgentemente" ante el crecimiento de la infección por VIH, "que se está extendiendo rápidamente en Europa del Este y está aumentando de nuevo en Europa Occidental porque los programas de tratamiento no se han mantenido o no existen". Según los expertos, los nuevos estados de la Unión necesitarán financiación y ayuda técnica para prevenir la expansión de la enfermedad. Dado que la UE será el mayor bloque comercial de todo el mundo, formado por 500 millones de personas, el mayor interés de este grupo será prevenir la epidemia de sida que conduce a la parálisis del desarrollo social y económico01C, ecomenta el doctor Peter Piot, director de UNAIDS. El doctor Lee Jong-Wook, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha dicho que "Europa no puede estar dividida en el tema de los tratamientos contra el sida, y solamente ofrecer estos medicamentos en los países más ricos (...) Los gobiernos europeos deben urgentemente poner en marcha terapias efectivas para la prevención del VIH. Debería ser un derecho para todos, incluidas las prostitutas y los usuarios de drogas01C. Una cifra de afectados 50 veces mayor Alrededor de 1,5 millones de personas en Europa y Asia Central están ahora viviendo con sida, frente a los 30.000 casos que había en 1995, según la Organización Mundial de la Salud. La cifra es 50 veces mayor que hace ocho años. La peor situación se vive en Rusia, Ucrania y los Balcanes, donde las principales causas de contagio son las relaciones sexuales sin protección y compartir agujas infectadas entre los usuarios de drogas. Polonia es la excepción. La política adoptada en este país hace 10 años para luchar contra el sida es la principal responsable de que permanezcan ajenos a la propagación de la enfermedad. El éxito polaco se debe a la rápida respuesta del país contra el sida. El Gobierno informó desde el principio a los ciudadanos sobre el VIH, al contrario de lo que sucedió en otros países cercanos, donde la enfermedad era un tabú. En 1993 la Oficina Nacional para la Coordinación en la Prevención del Sida, que cuatro años más tarde se convertiría en el Centro Nacional de Sida. Entre las acciones que lleva a cabo este organismo está la de proporcionar gratis los antirretrovirales a los ciudadanos que lo necesiten: en estos momentos 1.033 personas reciben el tratamiento. No obstante, en lugar de producirlos o importar versiones genéricas, Polonia compra los antirretrovirales en el mercado europeo, lo que le sale más caro. El Centro también financia todos los programas destinados a prevenir la transmisión del VIH de madres a hijos y realiza campañas publicitarias contra la enfermedad, como explica un artículo publicado en la página web de la American Foundation for AIDS Research (amfAR). <`> Pero el elevado coste de estas medidas está agotando el presupuesto de la organización y evita que se puedan poner en marcha otros programas. "Ahora contamos con muy pocos recursos económicos y la situación es crítica", reconoce a la amfAR Anna Marzec-Boguslawska, directora del Centro desde 2001. Limitaciones a la campaña preventiva A pesar de lo ajustado del presupuesto, el Centro Nacional de Sida lanza cada año, en colaboración con otras organizaciones, una campaña para prevenir la expansión de la enfermedad, pero evitan los mensajes provocativos ya que tanto el Ministerio de Salud como la Iglesia Católica los prohiben. La última campaña está dirigida a los jóvenes heterosexuales y lleva por lema: "Estamos juntos para hablar sobre el sida". La influencia de la Iglesia Católica en Polonia se deja sentir también en los temas relacionados con el sida en aspectos tales como prohibir la mención de los preservativos en estas campañas. Pero el descenso de la financiación para la lucha contra el sida puede pasar factura a Polonia. Si llega al país una nueva ola de la enfermedad, las autoridades ya no cuentan con los recursos suficientes para reaccionar tan rápido y eficazmente como lo hizo años atrás. |