La exposición a campos magnéticos débiles puede ser dañina para el tejido cerebral, al menos en ratas de laboratorio, publica el último número de la revista Environmental Health Perspectives. Esos animales sufrieron daños en el ADN de sus neuronas tras ser expuestos a campos débiles, escribió el profesor Henry Lai, de la Universidad de Washington. En particular, según constataron los científicos, aquellas ratas expuestas durante veinticuatro horas a un campo magnético débil que oscilaba a 60 hertz mostraron claros signos de alteraciones de su material genético en el tejido cerebral. Si se mantenían bajo esas condiciones durante cuarenta y ocho horas, añaden los investigadores, el daño era mucho mayor. La permanencia bajo campos magnéticos débiles, explican, estimula hasta niveles anormales la apoptosis o suicidio celular, un proceso natural en el cual las células (cerebrales en este caso), se autodestruyen. En declaraciones a la prensa, Lai estimó que, en principio, esos resultados pudieran extrapolarse a los seres humanos, quienes por breves momentos de la vida cotidiana se exponen a campos débiles. Equipos electrodomésticos como las secadoras de pelo, las mantas eléctricas, o maquinas eléctricas de afeitar emiten normalmente esas radiaciones. "Nosotros no usamos esos aparatos por más de unos pocos minutos cada día. No obstante, la exposición a esos campos magnéticos muy cerca de la cabeza es muy alta", alertó Lai. Nuestros resultados, agregó, muestran que el efecto dañino detectado es acumulativo, así que la gran pregunta es si podemos afectar nuestro cerebro si usamos una secadora de pelo cinco minutos al día. Y eso no lo sabemos, pero es muy posible que así sea. Por ello, resume, las personas deben ser cautelosas en cuanto a los límites de su exposición a campos magnéticos débiles. |