Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Una actitud desdeñosa de cara a la ciencia". Así describe el doctor Kurt Gottfried la actuación de la Administración Bush en el terreno científico, una declaración que resume el punto de vista defendido por un grupo de más de 60 científicos que aseguran que el Gobierno de EEUU distorsiona los datos científicos para que éstos se adecuen a los objetivos políticos.



Las acusaciones se basan en un documento presentado por la 'Unión de Científicos Preocupados' (Union of Concerned Scientists), una organización que ya se ha enfrentado en anteriores ocasiones a la Administración estadounidense. Las 38 páginas que conforman la declaración, titulado 'Integridad científica en la política', muestran los resultados de una investigación llevada a cabo por distintos expertos.



La primera acusación que recoge el informe hace referencia a la supresión y distorsión de los hallazgos científicos y las consecuencias que este tipo de actuación puede tener sobre la salud humana, la seguridad pública y el bienestar común.



A continuación, la organización acusa al Gobierno de EEUU de estar manipulando el sistema científico asesor para evitar los consejos que puedan ser contrarios a los intereses políticos. Los autores también apuntan la existencia de evidencias que muestran cómo la administración restringe las declaraciones que los científicos realicen sobre aspectos que pudiesen despertar cierta polémica.



De este modo, aseguran que se ha censurado por lo menos un estudio sobre el cambio climático, que se han manipulado los resultados de las emisiones de mercurio por parte de las centrales eléctricas y que se ha suprimido información sobre el uso de preservativos.



"Otras administraciones han llevado a cabo este tipo de prácticas en alguna ocasión pero no de una forma tan sistemática y tan descarada", explican los participantes en la declaración, entre los que se encuentran 20 premios Nobel. La Administración "ha tergiversado el conocimiento científico y ha engañado a la opinión pública sobre las implicaciones de sus políticas", añaden.



El doctor John H. Marburger III, consejero científico del presidente Bush y director de la Oficina de Política científica y Tecnológica de la Casa Blanca, ha mostrado su disconfomidad con tales acusaciones. Según recoge 'The New York Times', Marbuger opina que el informe recoge una serie de casos aislados que no suponen un ejemplo de supresión de los consejos científicos correctos por parte de la Administración.



Asimismo, el doctor D. Allan Bromley, que fue consejero científico del padre del actual presidente de EEUU, también se ha opuesto a los hallazgos resumidos en el documento. Según publica el diario norteamericano, Bromley asegura que nos encontramos ante una actuación motivada por intereses políticos y carente de base detallada que la apoye. En este sentido, los científicos participantes niegan la existencia de motivos políticos que les hayan llevado a publicar este estudio en tiempos de campaña electoral.



El documento, en el que se asegura que no hay precedente de este tipo de actuación, subraya la necesidad de que esta "peligrosa tendencia" revierta y pide "al presidente, al Congreso, a la comunidad científica y a la opinión pública que den pasos inmediatos para restaurar la integridad de la ciencia en el proceso político federal".