Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Técnicamente, es posible; mi equipo ya puede hacerlo. Podemos trasplantar el rostro de un muerto al rostro de un vivo que haya tenido un accidente grave. Hemos resuelto los problemas que plantea el trasplante de rostro. Sin embargo, no iremos más allá mientras no contemos con el aval de la sociedad y de un comité ético y científico nacional...». Así se expresa el profesor Laurent Lantieri, director de un equipo de científicos que afirma controlar las técnicas de microcirugía que permitirán realizar el trasplante de rostro, en «competición» con otros dos equipos de investigadores, ingleses y americanos, que trabajan en las mismas técnicas, según recoge el diario ABC.



De momento, este cirujano cuenta con un candidato con el rostro deformado, interesado en recibir el rostro de un cadáver. Tras una vasta investigación entre los servicios franceses de cirugía plástica y las unidades de quemados, el experto ha establecido un censo de pacientes en los que el sistema tradicional de trasplante no ha funcionado y allí es donde ha encontrado su primer candidato al injerto.



Debate ético



Pero el trasplante no se efectuará hasta que se tenga el consentimiento del Comité Nacional Consultivo de Ética (CCNE, en francés). Este organismo emitirá el próximo 2 de marzo su opinión tras dos años de discusión. A los eventuales problemas inmunológicos y de rechazo que podría suscitar la delicada operación se suma la duda sobre si es lícito retirar el rostro de un cadáver pocas horas después de su muerte, antes de su sepultura y del último adiós. Esa razón fue la que llevó a Lantieri a recurrir al comité de ética francés.



El posible trasplante de rostro devuelve insondables fantasmas morales y espirituales: La historia de Mary Shelly sobre Frankenstein hace poco menos de dos siglos que abrió ese debate en términos dramáticos. «¡Quiero tener un alma!», grita Frankenstein, en el umbral de su tragedia.



La comunidad científica francesa ha preferido dejar en suspenso el debate ético de fondo, a la espera de un gran discusión entre especialistas. Aunque técnicamente, nadie parece dudar que la posibilidad del trasplante de rostro sea una realidad, posible, tangible y quizá realizable, un día.



El profesor Jean-Marie Servant, especialista en cirugía plástica, declara: «Se pueden tener reservas de fondo sobre varios puntos concretos de ese proyecto de trasplante. Ahora bien, en el terreno técnico, creo que, efectivamente, ese tipo de operaciones comienzan a ser posibles, porque se han hecho progresos excepcionales en las técnicas de la microcirugía».



A la espera de que el Comité Nacional de Ética emita una «sentencia», el profesor Laurent Lantieri asegura que su técnica podría «aliviar el sufrimiento de muchas personas que tienen el rostro desfigurado; algunos condenados a vivir con una máscara de látex. Nuestra técnica quizá podría dar a esos casos una alternativa».