Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Aunque las tasas de mortalidad en pacientes infectados por el VIH que son tratados con terapia antirretroviral de gran actividad (HAART en siglas inglesas) son considerablemente más elevadas que las de la población general, un nuevo estudio concluye que cuando dicha terapia se inicia antes de que el recuento de linfocitos CD4 caiga por debajo de 200 células por microlitro, la tasa de mortalidad disminuye y se equipara con la de otras enfermedades crónicas.



Este nuevo estudio, realizado por un equipo danés del Hospital Universitario de Aarhus y publicado en "AIDS", representa una buena noticia para el pronóstico de los pacientes, siempre y cuando la terapia se inicie antes de que el sistema inmunológico comience a deteriorarse.



Los investigadores llevaron a cabo un seguimiento medio de 3,5 años a 647 pacientes infectados por el VIH tratados con HAART y a 64.700 individuos no infectados de la población general.



Durante el seguimiento se registraron 53 muertes en el grupo de pacientes seropositivos y 815 en el grupo control. La tasa de mortalidad en el primer grupo fue de 26,9 por cada 1.000 personas/año y en el grupo control de 3,8 por 1.000 al año.



Sin embargo, puntualizan que la tasa entre los pacientes infectados llegó hasta 70 por 1.000 entre aquellos que presentaban un recuento de linfocitos CD4 más bajo (menos de 50 células por microlotro), pero fue tan sólo del 3,2 por 1.000 entre aquellos que presentaban 200 o más células por microlitro.



En consecuencia, los autores concluyen que los pacientes VIH-positivos que comienzan la terapia antirretroviral de gran actividad cuando todavía tienen en sangre más de 200 linfocitos CD4 por microlitro presentan una tasa de mortalidad más baja, comparable a la de otras enfermedades crónicas, como la diabetes.



AIDS 2004;18:89-97