Un esperado estudio del Instituto de Medicina de Estados Unidos sobre nutrición recomienda reducir la cantidad máxima de sal que deberían consumir diariamente los estadounidenses, a pesar de que la persona promedio ya consume bastante más de la recomendada. El Instituto es una organización científica que establece los niveles recomendados de nutrientes para el país. Su conclusión sobre la sal podría traer cambios importantes en el contenido de sodio que los consumidores ven en las etiquetas de sus productos favoritos. Actualmente, el gobierno recomienda no consumir más de 2.400 miligramos de sodio al día, el equivalente a una cucharadita de té. La nueva recomendación es de 1.500 miligramos diarios. Si bien el estudio fija un límite de 2.300 miligramos, el estudio sugiere no excederse de los 1.500. Sin embargo, varios estudios demuestran que la persona promedio consume en general más de 4.000 miligramos diarios, de los cuales tres cuartas partes provienen de comidas en restaurantes y alimentos procesados, como la salsa de espaguetis y la comida congelada. "No escondemos la cabeza bajo la tierra. Nos damos cuenta de que estamos lejos de donde deberíamos estar... además, hay intereses comerciales que no quieren que esto suceda", dijo el doctor Lawrence Appel, un y profesor de medicina de la Universidad Johns Hopkins. Aunque factores tales como el peso y el ejercicio también influyen, la sal y la presión sanguínea van de la mano: si se come más sal, aumenta la presión; si se consume menos, se reduce. Tener una presión sanguínea más baja disminuye los riesgos de sufrir ataques al corazón, derrames cerebrales y enfermedades en el riñón. Cambiando las etiquetas La Dirección de Alimentos y Fármacos (FDA, por su sigla en inglés) de Estados Unidos usa los niveles de nutrientes del Instituto para calcular el listado que aparece en las etiquetas alimentarias con el porcentaje de la asignación diaria de grasa, vitaminas y otras substancias en cada porción. El FDA no dijo con qué rapidez actualizará el contenido de sodio de las etiquetas, un proceso que suele tardar años. La industria alimentaria se opone al cambio en el consumo de sal y la Cámara de Comercio de Estados Unidos, que trabaja en conjunto con el Instituto de la Sal, está cuestionando uno de los estudios usados por el gobierno. "Las recomendaciones dietéticas para los estadounidenses deben ser realistas" dijo Stephanie Childs, de la asociación de Fabricantes de Comestibles de Estados Unidos. Childs explicó que los consumidores no comprarían alimentos que repentinamente disminuyeran sus niveles de sodio ya que su sabor sería diferente, pero algunas compañías ya están buscando nuevas recetas para introducir un cambio gradual. Especialistas en presión sanguínea recibieron con agrado la recomendación del Instituto de Medicina, y dijeron que aunque los consumidores no lleguen a bajar su consumo de sodio a los 1.500 miligramos, cualquier disminución que se logre será buena. |