Las cifras no pueden ser más alarmantes: millón y medio de mujeres y niños mueren cada año en el mundo debido a la mala salud reproductiva y sexual, algo que podrÃa atajarse con la extensión del uso de métodos anticonceptivos en los paÃses en desarrollo, según denunció ayer Naciones Unidas. El Fondo para la Población de la ONU y el Instituto Alan Guttmacher (AGI) presentaron en Londres un informe que aboga por un claro aumento en las inversiones en salud reproductiva y denuncia que su bajo nivel actual causa una quinta parte de todas las enfermedades y muertes prematuras que se producen cada año a nivel mundial, informa el diario ABC. Bajo el tÃtulo «Sumando: los beneficios de invertir en la salud sexual y reproductiva», el documento destaca que ambas causas son un lastre para los grupos de población más desfavorecidos -especialmente mujeres y niños- y que «afecta de forma desproporcionada a la población de los paÃses de renta baja». Concretamente, considera que esas deficiencias son responsables directas de un tercio de las enfermedades y muertes entre las mujeres en edad de tener hijos. Y por si fuera poco, al menos 200 millones de ellas no tienen todavÃa acceso a los anticonceptivos. CrÃticas contra Estados Unidos Además de aportar estos datos, ambas asociaciones lanzaron duras crÃticas a la polÃtica del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, contraria a los métodos anticonceptivos y que le ha llevado a retirar las subvenciones al Fondo de Población por considerar que defiende el aborto. Sin embargo, Thoraya Obaid, directora general del organismo de la ONU, al referirse al acceso a los anticonceptivos explicó que «hay que persuadir a los que tienen poder de que se trata de un derecho humano esencial y, además, de una buena inversión». Una tesis a la que Sharon Camp, responsable de AGI -grupo estadounidense de investigación sobre la salud reproductiva- aportó también una advertencia al recordar que «la extensión del uso de preservativos es el único método que conocemos para reducir la epidemia del sida». El informe del Fondo para la Población de la ONU exige a los gobiernos que, al menos, dediquen a salud reproductiva las inversiones a las que se comprometieron hace diez años durante la celebración en El Cairo de la Conferencia Mundial de la Población. Pero el documento incluye sobre todo cifras escalofriantes. Según el texto, «si los métodos anticonceptivos modernos estuviesen a disposición de las 201 millones de mujeres del mundo en desarrollo que aún tienen esas necesidades por cumplir, se salvarÃan un millón y medio de vidas cada año». Naciones Unidas incluso va más allá. Si realmente ese hecho se produjese, la ONU calcula que se evitarÃan 52 millones de embarazos no deseados. Ello, a su vez, impedirÃa 23 millones de abortos inducidos, 23 millones de nacimientos no deseados, 1,4 millones de muertes de niños, 142.000 fallecimientos relacionados con embarazos y que medio millón de menores pierdan a sus madres. El informe refleja que la mala salud reproductiva y sexual provocan problemas diferentes según las áreas que se analicen. Por ejemplo, en el caso de América Latina y el Caribe, un 29 por ciento de las mujeres corre el riesgo de quedarse embarazada sin desearlo y muchas de ellas sufren los problemas derivados de abortos y de otras enfermedades de transmisión sexual. A diferencia de lo que ocurre en África subsahariana, donde la incidencia del sida es la mayor preocupación, causante de grandes estragos. Según Sharon Camp, a cada dólar gastado en anticonceptivos en los paÃses de América Latina corresponden dos dólares no utilizados en salud, dinero que el mundo podrÃa ahorrarse si invierte como debe. «La salud sexual y reproductiva es esencial para lograr» los objetivos del Milenio, concluye el informe. Son los objetivos que marcaron en el año 2000 más de 180 paÃses del mundo y que establecen, entre otros, la necesidad de reducir a la mitad, en 2015, las personas que viven en pobreza extrema (menos de un dólar al dÃa), actualmente mil millones en el mundo. Otras metas acordadas entonces se refieren en concreto a la salud, por ejemplo, reducir en dos tercios la mortalidad materna, en tres cuartos la infantil y a la mitad el número de personas que sufre hambre. |