Desde hace tiempo está demostrado que el ácido acetilsalicílico reduce el riesgo de infarto de miocardio y de ictus. Sin embargo, una nueva investigación señala que la protección no sólo se deriva de su actividad antiagregante plaquetaria, sino también gracias a su capacidad para bloquear el crecimiento celular, según explican investigadores españoles en "Circulation". El estudio, firmado por la Dra. Teresa Tejerina y colaboradores de la Universidad Complutense de Madrid, explica que la Aspirina actúa conjuntamente con un factor de crecimiento para impedir que ciertas células que se encuentran en los vasos sanguíneos crezcan. La investigación se ha llevado a cabo con células de rata y ayuda a explicar algunos de los beneficios de este fármaco centenario, no sólo en el campo cardiovascular, sino también en el oncológico, pues bastantes estudios han sugerido la capacidad del ácido acetilsalicílico para prevenir algunas formas de cáncer. Según explica la Dra. Tejerina, Aspirina interactúa con el factor de crecimiento transformador beta (TGF-beta) para tener bajo control el crecimiento de las células musculares lisas. Este factor de crecimiento desempeña un papel estabilizando la placa de ateroma que se forma en las arterias. En conclusión, el ácido acetilsalicílico proporciona algunos de sus beneficios cardiovasculares por su interacción con el citado factor de crecimiento, el cual se encuentra en distintos tejidos del organismo y realiza múltiples funciones, entre ellas previniendo varios tipos de cáncer, como el de colon, estómago, esófago, páncreas, piel y vejiga. Circulation 2003;107:626-629 |