Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El Consejo General de la OMS adoptó el jueves una resolución que aboga por una mejor información al consumidor sobre los alimentos, entre otras medidas para detener el avance de enfermedades causantes del 60% de las muertes en el mundo. El documento aprobado tras intensas negociaciones por el Consejo de la Organización Mundial de la Salud será discutido en la Asamblea Mundial de la Salud que tendrá lugar en Ginebra en mayo próximo y en la que participarán todos los estados miembros de esa agencia de las Naciones Unidas.

Algunas organizaciones no gubernamentales (ONG) que participaron en este proceso acusaron a Estados Unidos de haber intentado debilitar el documento con el fin de proteger los intereses de su poderosa industria alimentaria. El consejo de la OMS ha dado así el primer paso para la implementación de políticas de salud pública dirigidas a detener el avance de enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes mellitus y la obesidad, asociadas al consumo de alimentos y bebidas ricos en grasas, azúcares y sal. Además, de proponer que los gobiernos aprueben políticas nacionales de nutrición y guías para fomentar la actividad física, la estrategia propuesta por la OMS avanza hacia terrenos más sensibles como la transparencia en la información sobre el contenido de los alimentos industrializados y la publicidad dirigida a grupos especialmente vulnerables.

"Los avisos sobre alimentos y bebidas no deben explotar la credulidad infantil, los mensajes que promueven dietas malsanas deben ser evitados", pide la OMS. Asimismo, quiere que la información que se brinda al consumidor sea "exacta, normalizada y comprensible" y que los gobiernos promuevan el consumo de alimentos sanos a través de medidas fiscales, y el acceso a lugares de recreación y deporte con la ayuda de subsidios.

Según la representante de la ONG Infact, Katherine Mulvey, la industria alimentaria norteamericana hace un intenso cabildeo "para evitar que tales recomendaciones sean adoptadas en la reunión de mayo próximo, para lo cual cuentan con el apoyo de Washington. Hace mucho tiempo que no veíamos en Estados Unidos un gobierno tan cercano a las corporaciones y empresas como el actual, que en realidad privilegia los intereses económicos frente a la salud de la población", declaró Mulvey.

El secretario de Salud Pública de Estados Unidos, Tommy Thompson, negó tales acusaciones y reconoció que su país afronta un grave problema de salud relacionado con el sobrepeso de sus habitantes. En ese sentido, aseguró que su departamento apoya el documento de la OMS, aunque recalcó que las decisiones que adopten los estados en mayo próximo deben basarse "en pruebas científicas".