Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Investigadores del Baylor College of Medicine (Estados Unidos) afirman en "Circulation" que la proteína C reactiva es algo más que un simple marcador de la enfermedad cardíaca. En su investigación han observado que esta proteína inflamatoria participa en el proceso aterogénico, tal como han comprobado en ratones genéticamente predispuestos a desarrollar arteriosclerosis. Comprobaron que si estos roedores producen una forma humana de la proteína C reactiva desarrollan lesiones de mayor tamaño en las arterias que aquellos que no producen la proteína.



"Nuestro estudio 013escribe el Dr. Lawrence Chan, principal autor del artículo- apoya el uso de la proteína C reactiva como marcador del riesgo cardíaco. Pero no sólo eso, puesto que los resultados identifican al menos un mecanismo por el cual la proteína contribuye al desarrollo de la arteriosclerosis". Según este científico, la investigación es la primera que demuestra este hecho en animales vivos.



La proteína indica la existencia de inflamación en el organismo y, cuando sus niveles son elevados, el riesgo cardíaco también lo es. El Dr. Chan y colaboradores también identificaron en la pared arterial elevadas concentraciones de receptor de la angiotensina tipo 1 en las placas de ateroma de los ratones que expresaban proteína C reactiva. Por el contrario, los roedores sin esta proteína inflamatoria presentaban asimismo niveles más bajos del citado receptor, cuyas concentraciones elevadas se asocian a una mayor susceptibilidad de las células al ataque inflamatorio. Por lo tanto, los autores creen que algunas medicaciones que se utilizan actualmente para tratar la enfermedad cardíaca y que bloquean una forma del receptor de la angiotensina podrían ser más efectivas en aquellos individuos con altas concentraciones de proteína C reactiva