Se publicó en 'Science' en septiembre de 2002 y se presentó como un hito en la lucha contra el sida, pero no era correcta. El principal firmante del estudio, el conocido investigador David Ho 014«lo más parecido a una estrella del rock en el mundo de la investigación», dice de él 'The Wall Street Journal' 014lo reconoce esta semana en la última edición de la revista cientÃfica. En una inusual carta de rectificación, Ho da la razón a sus crÃticos y admite que se equivocó. El trÃo de proteÃnas alfa defensinas 1, 2 y 3 a las que su equipo atribuyó el efecto protector no son secretadas por las células CD8, como afirmó, sino por la acción contaminante de otras células, por lo que no se puede deducir que el beneficio se deba al llamado «factor CD8 antiviral». Al margen de los detalles, la diferencia importa: la identificación precisa del elemento que confiere la protección abre la vÃa a nuevas formas de tratamiento. Ho, nombrado en una ocasión hombre del año para la revista 'Time' por su contribución al desarrollo de los llamados cócteles de fármacos contra el sida, no tiene de momento la solución al dilema. Ningún miembro de su equipo ha sido despedido. «Siempre hemos considerado los comentarios y las crÃticas de los otros cientÃficos», afirmó el investigador esta semana, que poco después de publicar sus hallazgos fue motivo de crÃticas. «Al final, tenemos que procesarlo dentro de nuestras cabezas y decidir qué tipo de acción debemos tomar». La rectificación, publicada el viernes y recibida con buenas palabras por sus crÃticos, abre de nuevo un campo que se cerró en falso en septiembre de 2002 y que se ha convertido en uno de los principales objetivos de los equipos de investigación de sida de todo el mundo. «Tengo fé en David Ho», dijo a 'The Wall Street Journal' David Gilden, un veterano activista por los derechos de los pacientes seropositivos. «Estamos todos desesperados por encontrar si estas sustancias tienen aplicación terapéutica». |