Los ataques de pánico tienen explicación genética, ya que las personas que los sufren tienen cantidades reducidas de una molécula en algunos circuitos cerebrales vinculados con la génesis del ansia, afirma un artículo publicado en la revista Journal of Neuroscience. La molécula deficitaria es el receptor de serotonina 5-HT1A, conocida por los expertos por ser el blanco farmacológico de algunos de los más famosos ansiolíticos. Esto lo descubrieron Alexander Neumeister y Wayne Drevets, del National Institute of Mental Health (NIMH), sometiendo a un grupo de personas a una serie de estudios por escáner de algunas zonas del cerebro. En los individuos que sufren de ataques de pánico, el receptor tiene una concentración promedio reducida en un tercio en estas zonas, con respecto a las cantidades que se encuentran en individuos sin esta alteración psicológica. Los ataques de pánico afectan cada año en Estados Unidos a 2,4 millones de adultos y si no son seguidas con terapias adecuadas estas personas pueden comenzar también a sufrir de agorafobia, miedo a los espacios abiertos. Los científicos examinaron pacientes y controles mediante tomografía por emisión de positrones (PET), localizando y contando los receptores con un trazo radiactivo de nueva generación puesto a punto recientemente en el instituto FCWAY. De este modo los investigadores encontraron que en los pacientes tratados el receptor 5-HT1A es muy escaso en la corteza cerebral anterior y posterior, parte del sistema límbico sobre la estructura que conecta los dos hemisferios cerebrales. En estudios anteriores ambas regiones habían sido reconocidas como implicadas en la génesis del ansia. Los investigadores piensan que el problema está en el gen del receptor, y suponen que un defecto de este puede inducir a las neuronas a producir 5-HT1A en cantidad no suficiente, lo que pondría en desequilibrio la regulación del ansia y la volvería más vulnerable a los ataques de pánico. |