Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Hong Kong y Canadá parecen haber contenido la epidemia de neumonía atípica, pero la situación sigue siendo preocupante en China. La propagación del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) es también preocupante en Taiwán, donde una octava persona falleció de la enfermedad y se detectaron 14 nuevos casos. El número de casos registrados en la isla se ha multiplicado por tres en menos de dos semanas, para totalizar 116. En cambio, en Hong Kong, las autoridades han anunciado un balance relativamente poco grave de 3 muertos más y 8 nuevos casos.



Esas cifras elevan a 1.637 el número total de casos de la enfermedad, 187 de los cuales mortales, registrados en Hong Kong desde que empezó la epidemia el 12 de marzo.



La cifra de nuevas muertes es una de las más bajas anunciadas desde entonces y, sobre todo, el número de nuevas infecciones confirma la tendencia a la disminución de la propagación constatada desde hace diez días.



En los días en que la epidemia alcanzó su pico de contagio más alto, los nuevos casos se contaban cotidianamente por decenas, llegando a ser de hasta 80. No obstante, las autoridades sanitarias de Hong Kong no quieren gritar victoria antes de tiempo. "Estamos muy satisfechos de esta evolución y esperamos que la tendencia se mantenga, pero para eso tenemos que proseguir nuestros esfuerzos", declaró la directora de Salud del territorio, Margaret Chan.



"Soy reticente a opinar sobre la continuación de esa tendencia. Tengo la esperanza que sea así, como todo Hong Kong", añadió.



Por su parte, Canadá, el país no asiático más afectado por el SRAS, dio cuenta el domingo de un caso nuevo considerado como "probable", lo que confirma las indicaciones de que la epidemia ha sido contenida en ese país.



En China, se anuncia que la epidemia se cobró otras 9 vidas y se registraron 160 nuevos casos. En total, los casos confirmados en China continental son 4.280, 206 de ellos mortales.



Las medidas de precaución se extienden en el país, provocando a veces la ira de los habitantes. El funcionamiento de la capital sigue estando afectado por el miedo al contagio y más de 15.000 personas siguen en cuarentena en sus domicilios o en los hospitales, que además deben hacer frente a dimisiones en serie de sus empleados, según el diario "Beijing Star".



Y siguiendo el ejemplo de las medidas de precaución aplicadas en Pekín, varias grandes ciudades decidieron suspender las clases y cerrar los lugares de ocio para evitar la progresión de la epidemia, indica la prensa china.



En general las medidas preventivas tranquilizan a la población de las zonas urbanas. En cambio, las decisiones de construir centros de cuarentena en medios rurales son mal recibidas por los campesinos, que no vacilan en manifestar su oposición violentamente. En una semana, se produjeron en tres provincias saqueos de edificios oficiales y de centros destinados a aislar a las personas en cuarentena.