Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Las células madre embrionarias han demostrado en un experimento en ratones ser capaces de transformarse en óvulos. Si este hallazgo fuese aplicable al ser humano, los gametos así obtenidos podrían ser empleados en programas de fecundación o en proyectos de clonación terapéutica. Esta es la conclusión de un estudio publicado en 018Science019 por un equipo de investigación de la Universidad de Pensilvania en EEUU y del Centro Nacional de Investigación Científica en Francia.



Además, los científicos descubrieron, para su sorpresa, que los óvulos recién creados y sin haber sido fecundados continuaron su desarrollo dando lugar a un embrión en su primera fase de formación.



Este trabajo es el primero que demuestra que las progenitoras celulares pueden dar lugar a células germinales. Este hallazgo abre una inmensa vía de posibles aplicaciones en diferentes campos de la biomedicina. Sin embargo, cada esperanza que ofrecen los experimentos con células madre viene acompañada de una colección de preguntas sin resolver y de implicaciones éticas.



Antes de su aplicación en los programas de fertilización se debe resolver una cuestión clave, si los óvulos creados a partir de células madre son fecundables. Algunos expertos señalan que no se puede todavía afirmar que el material obtenido en este experimento sean realmente gametos femeninos. Sin embargo, aunque esta vía de investigación no diera sus frutos, los autores del trabajo prevén otros usos.



Uno de las grandes trabas que algunos gobiernos y sectores sociales han puesto a la investigación con células madre embrionarias es que estos trabajos implican la destrucción de embriones con potencial para convertirse en un bebé. Hans Schöler, investigador principal del experimento, opina que sus resultados obligarán a revisar las leyes que prohíben estas investigaciones. En el presente estudio los óvulos obtenidos 01Cartificialmente01D se desarrollaron de forma espontánea hasta dar lugar a estructuras embrionarias que podrían ser empleadas posteriormente para obtener progenitoras celulares.



Sin embargo, los potenciales usos no acaban aquí. Una de las técnicas más empleadas para la clonación tanto terapéutica como reproductiva es la transferencia nuclear. Para aplicar este método se requiere un óvulo al que se le extrae el núcleo y se reemplaza por el de una célula adulta del paciente. La limitación de la transferencia nuclear en humanos es la disponibilidad de células sexuales femeninas, el trabajo de Schöler y su equipo salvaría esta dificultan proporcionado una nueva fuente que no requiere el costoso proceso de extraer óvulos de una mujer.



El experimento fue muy sencillo. Consistió en colocar las células madre embrionarias en una placa de laboratorio con nutrientes, a los ocho días los investigadores observaron que el 40% presentaban características de óvulos. Después de 16 días algunos de los nuevos gametos comenzaron a dividirse y algo más de 20 días más tarde se habían formado estructuras embrionarias.



Aunque aún quedan muchas cuestiones por resolver el terremoto mencionado por Caplan ya ha comenzado a manifestarse. En la misma revista se publican las opiniones de tres expertos en teología, ética y filosofía. Sólo uno de ellos hace mención al empleo de células madre embrionarias con fines terapéuticos y su posición es favorable. Sin embargo, donde todos están de acuerdo es en la oposición a la posibilidad de generar embriones a partir de los óvulos sin fecundar. También señalan los problemas que esta práctica plantearía para definir la condición humana y establecer donde comienza la vida. Si las investigaciones continúan en este sentido «finalmente cualquier célula del cuerpo será un bebé potencial», vaticina Ted Peters, catedrático de teología del Seminario Teológico Luterano del Pacífico en Berkeley (EEUU).