Las personas que carecen de una proteína que facilita la adherencia en el exterior de los glóbulos rojos parecen estar protegidas de la infección de la malaria, según un nuevo estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), que ahora publica la última edición de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). La malaria provoca dos millones de fallecimientos al año, pese a que algunas poblaciones han desarrollado resistencias al parásito que causa esta infección. Normalmente, a medida que el parásito crece y madura en los glóbulos rojos, las células se vuelven rígidas, bloqueando los capilares y dando lugar a la destrucción de órganos. Los glóbulos infectados también tienden a adherirse a otros glóbulos rojos no infectados. Las implicaciones clínicas de este fenómeno de adhesión que aumenta la viscosidad sanguínea, conocido como 'rosetting' (lacrado) no están claras. Los autores del presente trabajo señalan que si el rosetting es una causa directa de la patología de la malaria, entonces los pacientes que carecen del CR1, que es el receptor al cual se adhieren las células infectadas, estarían protegidas contra esta grave enfermedad. Tales mutaciones son poco frecuentes, pero hay grandes poblaciones en Papua Nueva Guinea que carecen del mencionado receptor. La malaria en esta zona del mundo es una enfermedad emergente, lo que indica la existencia de una relación potencial entre la malaria y la mutación. De hecho, los autores del presente estudio han observado que la mutación se produce en hasta un 80 por ciento de las personas sanas que viven en regiones de Papua Nueva Guinea donde la malaria es endémica. Los nuevos hallazgos indican que la mutación CR1 evolucionó como una protección contra la malaria y establecen el fenómeno de "rosetting" como un factor importante en la enfermedad. El aglomeramiento de glóbulos rojos en los pacientes con malaria podría ser una importante diana terapéutica, según los investigadores. |