Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Cuando se ha dedicado toda la vida a luchar por una causa justa, que encierra la voluntad del pueblo, la mayor satisfacción que uno encuentra es la de contemplar a mujeres y hombres entregados al noble empeño de hacer perdurar la obra creada con el sacrificio, la voluntad y el patriotismo de los mejores cubanos.



La Revolución no dispone de riqueza mayor que la educación y la inteligencia cultivadas como sus mejores frutos. Sin la consagración de nuestros educadores, sin su amor infinito a lo que hacen, sin ese gesto agradecido, feliz, que logran en las familias, y esa sonrisa segura forjada en nuestros hijos, sería imposible hablar de los logros que hoy asombran al mundo.



En ustedes vemos muchas cosas que conmueven y fortalecen: la pujante figura de Varela deshaciendo dogmas y echando, como roble gigantesco, las raíces indetenibles de la cubanía; la pedagogía educadora y científica de José de la Luz; y aquella sabiduría, aquella ejemplar entrega revolucionaria y altruista de José Martí.



Siempre que decimos que un mundo mejor es posible, lo hacemos con la convicción de que ya palpita en ustedes y porque confiamos en la inagotable fuerza de quienes son capaces de multiplicarse como padres, de superar los rigores de los años en unos casos, y los retos de ser tan jóvenes y valientes como Manuel y Conrado, entre otros.



Reciban un entrañable y revolucionario abrazo.



Muchas felicidades y éxitos.



Fidel Castro Ruz